El jueves, un poco antes de las 4 de la tarde, para comenzar una nueva jornada de toque de queda, integrantes de la Banda Marcial de la Policía Nacional Civil (PNC), de rodillas, piden protección al ser supremo para luego interpretar el Himno Nacional. «Independientemente de la religión que usted tenga le pidamos por nuestra patria: Guatemala», dice Edú Ardiano, sub comisario de Prevención del delito.
Mientras los agentes de la PNC llevan a cabo recorridos de seguridad ciudadana, en diferentes calles de la ciudad, para así garantizar el cumplimiento a la prohibición gubernamental de permanecer en la vía pública, estos músicos ofrecen lo mejor de su arte.
La vida diaria con el coronavirus en un planeta donde más de un tercio de la humanidad tiene que quedarse en su casa para frenar la pandemia, sin duda ha cambiado.
De Petén, pasando por Zacapa y Escuintla, por toda la república, y claro está por la Ciudad de Guatemala, están prohibidas las reuniones, las escuelas están cerradas, así como los bares y otros comercios «no indispensables», pero la música no deja de sonar.