Sucedería con videos que rompan las normas de la compañía de forma m´s drástica que ahora
YouTube ha compartido las nuevas medidas en las que están trabajando para combatir la desinformación, que incluyen la colaboración con organizaciones no gubernamentales para actualizar las políticas a nivel hiperlocal, e incluso deshabilitar la función que permite compartir en otras webs los vídeos que no se recomiendan en la plataforma o romper los enlaces.
El director de Productos de YouTube, Neal Mohan, ha explicado los trabajos que la compañía lleva años realizando y las nuevas medidas adoptadas para enfrentar los retos más grandes que plantea la desinformación.
En los últimos cinco años han seguido un marco de acción basado en «las cuatro erres de la responsabilidad»: Remove (eliminar), Raise (elevar [las voces autorizadas]), Reduce (reducir) y Reward (recompensar), que han ejecutado tanto con sistemas automatizados, como el aprendizaje automático, como con equipos de personas.
Con ello, se reduce el contenido que infringe las políticas de la plataforma, se buscan y destacan las voces autorizadas sobre los temas para ofrecer contexto y se reduce la difusión del contenido problemático.
Este enfoque, no obstante, se va a ampliar con nuevas medidas para poder hacer frente a tres grandes desafíos: detectar la desinformación o la información errónea antes de que se haga viral, abordar la compartición de la desinformación en otras plataformas y reforzar los trabajos en todo el mundo, como recogen en una entrada en el blog de YouTube.
En el primer caso, si bien algunas narrativas como las que cuestionan los hechos del 11 de septiembre o el alunizaje han servido para entrenar los sistemas de aprendizaje automático de la plataforma, para detectarlos y atajarlos con prontitud, en ocasiones aparecen de forma repentina nuevas narrativas, simplemente cambian de un tema a otro o se reducen a un tema hiperlocal, dificultando este proceso.
Si se dispone de tiempo, junto a las herramientas automáticas, se ofrecen vídeos con fuentes fidedignas, o en hechos de menor alcance, el trabajo de los comprobadores de datos o incluso etiquetas que llamen al atención sobre la falta de datos.
«Buscamos aprovechar una combinación aún más específica de clasificadores, palabras clave en idiomas adicionales e información de analistas regionales para identificar narrativas que nuestro clasificador principal no capta», ha indicado el directivo.
Otro reto tiene que ver con los contenidos límite, es decir, los que no llegan a violar las normas de la plataforma pero tampoco se pueden recomendar, y que en ocasiones se trata de la contraposición de puntos de vista con fines educativos o para el debate sobre temas controvertidos.
Este tipo de contenido se ha reducido a menos del 1 por ciento en las recomendaciones, pero es posible que los usuarios compartan los enlaces de los vídeos en otros sitios, donde sí están plenamente visibles.
Por ello, la compañía sopesa medidas adicionales como deshabilitar el botón de compartir o romper el enlace en los vídeos que ya han limitando en las recomendaciones. Esto impediría a los usuarios compartir el vídeo en otros sitios desde YouTube, aunque desde la compañía reconocen que limitaría la libertad de las personas, en tanto que compartir el enlace es una «acción activa» y no una «acción pasiva» como simplemente verlo de las recomendaciones.
En este caso, también se baraja la posibilidad de incluir un mensaje que alerte del contenido del vídeo antes de que este se reproduzca, cuando ha sido enlazado en otra web. Esta medida ya se emplea para avisar de restricciones por edad o de contenidos violentos o sensibles.
Por último, y para atajar la desinformación, e incluso lo que se entiende por desinformación en los distintos países donde opera la plataforma de vídeo, la compañía aumentará los equipos locales, pero al ser una medida que requiere tiempo, están también iniciando colaboraciones con asociaciones y organizaciones no gubernamentales que les ayuden a actualizar sus políticas sobre la información errónea hiperlocal.