Esta disciplina física, mental y espiritual se originó en la India. Su práctica se ha generalizado por sus efectos positivos. Actualmente se le asocia con beneficios mentales y físicos, lo que hace que más personas lo practiquen, aun aquellos que no comparten su espiritualidad.
María Enríquez
Los hinduistas sostienen que el yoga, íntimamente ligado a su religión, ha existido desde siempre. El primer registro histórico que se tiene –un sello con figuras– data del siglo XVII a. C. y su práctica, muy común en países asiáticos, se ha trasladado hacia occidente en las últimas décadas, por sus múltiples efectos positivos para el cuerpo, la mente y el espíritu.
Como suele ocurrir con las religiones, quienes practican algún tipo de yoga lo consideran el único y adecuado para lograr la unión o acercamiento con Dios, ya que intenta, principalmente, lograr un estado de meditación. En un templo hinduista en Kyoto (Japón) –al igual que en otros lugares– le explican a los visitantes occidentales que no se trata de una práctica religiosa, sino espiritual, por lo que está abierta para personas que no profesan el hinduismo.
Pero en occidente, su práctica se vincula mucho a los evidentes beneficios que puede tener para el cuerpo y la salud, por ser también sociedades con tendencias menos espirituales.
Lo que es común en cualquiera de sus tipos, es que produce un balance entre lo físico, mental y espiritual, razón que explica los efectos posteriores que se alcanzan con su práctica.
Aunque hay tres tipos de yoga fundamentalistas reconocidos –Rãja yoga, Karma yoga y Jñãna yoga– pero hay muchos otros que se practican, entre ellos, el más común en países occidentales es el Hatha yoga, muy asociado a las asanas (posturas corporales) que se toman para lograr la meditación de manera adecuada.
No es casualidad ver en nuestros días a personas practicando el yoga, ya sea en espacios públicos –playas, plazas, jardines, gimnasios– o privados, para una meditación personal aislada.
Para llegar a una práctica efectiva de yoga no es suficiente practicarlo. Se debe profundizar en su conocimiento, con el fin de encontrar su razón de ser. Después de algunos años de práctica, he podido detectar algunos beneficios de manera muy clara, que comparto:
La paz interior
En un mundo tan agitado e incierto como el actual, se llega a pensar que la paz solamente se encuentra en las bellezas naturales vinculadas con Dios, pero olvidamos que la traemos en nuestro interior. El yoga nos permite encontrar la paz en nosotros mismos y con Dios, por medio de la meditación. Es una herramienta excelente para calmar nuestra mente tribulada.
A este efecto se pueden asociar otros aspectos relevantes como los siguientes:
Ayuda a aliviar tensiones. Al lograrlo, aumenta la sensación interna de satisfacción consigo mismo.
Mejores relaciones. Una mente en paz, nos hace más sensibles a mejorar las relaciones con otras personas, particularmente con nuestra pareja, hijos, padres, amigos y familiares.
Mayor conciencia de nuestra realidad. Alcanzar la conciencia de la importancia del hoy (presente), nos permite concentrarnos en la felicidad y tranquilidad, sin tener pesar por el pasado o preocupación por el futuro.
Salud corporal
El ejercicio por si mismo no produce cuerpos sanos. Se requiere de un equilibrio físico, mental y emocional, algo que se alcanza con la práctica regular del yoga. La suma de asnas (posturas físicas), pranayamas (técnicas de control) y meditación, pueden lograr mucho más efectos físicos positivos que cualquier otro ejercicio. Esto es algo comprobable, más allá de la publicidad que se pueda hacer. Además, al practicar el yoga veremos en cada quien:
Pérdida de peso. Hay técnicas específicas para lograr eso que muchas personas desean. Hay técnicas específicas, como la práctica del Surya Namaskar y el Kapalbhati (pranayama), que funcionan a la perfección. Además, al hacer yoga, se gana conciencia de la necesidad de prácticas sanas de alimentación.
Inmunidad mejorada. Las actividades diarias rompen el balance entre mente, cuerpo y espíritu. El yoga con sus posturas y ejercicios hace que nuestros órganos funcionen mejor; las técnicas de respiración, meditación y control, ayudan a liberarnos del estrés. Ello hace que mejore nuestro sistema inmunológico.
Aumenta la energía. El agotamiento diario desparece cuando se practica el yoga.
Estabilidad síquica y emocional. Por medio de yoga, practicado de manera continuada, se pueden ver efectos significativos. Al vivir con mayor conciencia, se logra el control de los pensamientos negativos. También influye el tener una paz espiritual y un cuerpo más sano.
Disminuye o elimina enfermedades. La depresiones, estrés, ansiedad, y hasta la bipolaridad. Todo esto ha sido comprobado plenamente.
La activista de salud mental y física, además de bloguera, Charlotte Walker, asegura que superó su bipolaridad por medio del yoga. El yoga forma parte de mi vida, no tengo ninguna duda, voy a continuar. Me ha ayudado a encontrar mi punto medio, cuenta en su blog Purple Persuasion.
El yoga es una excelente herramienta para aliviar las tensiones y encontrar la paz interior.