Con su abultado cuerpo y tierna mirada, las pandas Xin Xin y Shuan Shuan son las huéspedes más famosas del zoológico de Chapultepec en Ciudad de México y también los únicos ejemplares de la especie en el mundo que no son propiedad de China.
Al mismo tiempo, son las últimas representantes de un linaje de pandas (considerada una especie vulnerable) que comenzó en 1975. Ese año, el gobierno de China donó una pareja a México -Ying Ying y Pe Pe- como un gesto de buena voluntad, como hizo con otros países, y los animales lograron reproducirse con éxito en Chapultepec.
Sin embargo, a finales de la década de 1980, el gobierno de China cambió la política de regalar pandas y desde entonces solo los presta temporalmente a cambio de dinero, que es utilizado para conservar a la especie.
Incluso, aquellos pandas nacidos en cautiverio en otros países, como Meng Xiang y Meng Yuang, que llegaron al mundo en agosto pasado en el zoológico de Berlín, Alemania, deben ser enviados de regreso a China después de tres o cuatro años, una vez destetados.
«Los pandas son propiedad de China (…) y las crías se tienen que regresar al mismo gobierno chino. En el caso de México eran pandas propiedad de México», explica a la AFP Rafael Tinajero, director de conservación y bienestar animal de la dirección de zoológicos de la capital.
Como descendientes de pandas que llegaron al país antes de que Pekín cambiara su política, Xin Xin y Shuan Shuan son consideradas mexicanas.
Histórico linaje
Ambas están relacionadas con Tohui, hija de Ying Ying y Pe Pe, quizá la panda más famosa que haya tenido México al ser el primer ejemplar de la especie en nacer y sobrevivir en cautiverio fuera de China.
Tohui, cuyo nombre significa ‘niño’ en lengua indígena tarahumara, nació en 1981 y alcanzó tal fama entre la población que la cantante pop mexicana Yuri entonaba entonces una canción que decía: «pequeño panda, aún no andas y ya queremos verte jugar…».
«De ahí empieza a haber otras crías de pandas, hermanos y hermanas de Tohui», relata Tinajero.
Con esto México se convirtió, hace casi cuatro décadas, «en el primer país fuera de China con reproducción natural de pandas fuera de su hábitat natural, en condiciones de cautiverio», agrega.
Además de Tohui, en México nacieron otros siete pandas entre los años ochenta y los noventa, aunque solo cuatro sobrevivieron. Con el tiempo, los ejemplares murieron por enfermedades o por vejez.
Shuan Shuan, de 32 años, es hija de la primera pareja que llegó a México mientras que Xin Xin, de 29 años, es la hija que tuvo Tohui con Chia Chia, un macho que llegó del zoológico de Londres.
El zoológico de Chapultepec vigila cuidadosamente la salud de las osas, que no lograron reproducirse y que ya superan el promedio de 25 años que vive un ejemplar en cautiverio.
Tienen una dieta estricta a base de bambú, arroz, manzanas, zanahorias y croquetas especiales que es preparada en la «cocina de los pandas» del zoológico. Están habituadas además a seguir instrucciones de sus cuidadores, haciendo más sencillos los chequeos médicos en los que debe abrir el hocico o pararse en dos patas.