El primer gran juicio alemán contra Volkswagen, relacionado con el escándalo de los motores diésel amañados, concluyó formalmente el jueves, tras un acuerdo amistoso que debería costar más de 750 millones de euros al fabricante.
El grupo y la asociación de consumidores VZBV, que lideró la batalla judicial, retiró el expediente el jueves, según lo previsto por el acuerdo alcanzado a finales de febrero, anunció el tribunal regional de Brunswick, donde comenzó este juicio inédito en septiembre de 2019.
Volkswagen aceptó, hasta la fecha, 235,000 expedientes de demandantes y les presentó una oferta firme de un pago entre 1,350 y 6,250 euros en función del tipo y la edad del vehículo, «una suma total que representa cerca de 750 millones de euros» para el grupo, indicó un portavoz.
Inicialmente, 260,000 clientes eran elegibles para este acuerdo por una compensación total de hasta 830 millones de euros, pero 17,000 expedientes están todavía pendientes de validación y los demandantes pueden registrarse hasta esta noche.
Los clientes tienen dos semanas, después de recibir la oferta, para aceptarla o rechazarla. Los primeros pagos se harán «a partir del 5 de mayo», precisa Volkswagen.
Volkswagen sigue siendo objeto de decenas de miles de demandas individuales de indemnización, algunas de las cuales ya han dado lugar a soluciones amistosas.
El importe de 750 millones de euros puede parecer relativamente modesto comparado con los 30,000 millones de euros que ya costó el Dieselgate al fabricante alemán.
Varios dirigentes del grupo, entre ellos el actual director general, Herbert Diess, y presidente del consejo de vigilancia, Hans Dieter Potsch, así como el antiguo jefe, Martin Winterkorn, y el antiguo jefe de la marca Audi, Rupert Stadler, son objeto de investigaciones penales.
Este escándalo remonta a septiembre de 2015, cuando el gigante automovilístico alemán confesó haber equipado 11 millones de vehículos con un programa electrónico fraudulento.