Su fortuna, estimada en US$40 mil millones, opaca a las acumuladas por otros gobernantes corruptos de la historia. Vladimir Putin, hombre fuerte e intocable en Rusia, es señalado por corrupción en Occidente, muy a pesar del malestar que muestra el Kremlin.
Robert Buchanan
Washington – Antes en Washington, el nombre de Vladimir Putin solamente se mencionaba para hablar de poder y geopolítica. Hoy eso ha cambiado, y el presidente ruso es la comidilla cuando se habla de corrupción a escala mundial, una liga en la que nadie puede igualarle.
Según estimaciones de la CIA y autoridades estadounidenses, que además ha corroborado la cadena británica BBC, Putin tendría una fortuna secreta cercana a los US$40 mil millones, aunque el Kremlin se limita a responder que se trata de pura ficción al mejor estilo de las películas de Hollywood.
Pero las acusaciones no son parte de rumores ni las repiten funcionarios de tercera categoría. El propio subsecretario del Tesoro, Adam Szubin, confirmó el dato al programa Panorama, de la cadena londinense, y se sabe de un informe de la CIA que habla de la misma cantidad. Ni los presidentes más corruptos que aparecen en la lista del Informe Global de Corrupción, de Transparencia Internacional, alcanzan el nivel del gobernante ruso.
Putin, quien se ha mantenido en el poder la mayor parte de los primeros 16 años del siglo XXI, como primer ministro o presidente, no se ha tomado la molestia de responder a las acusaciones, aunque ya en 2008, cuando se dijo por primera vez que era megamillonario por corrupción, había respondido que se trataba de puras mentiras y calificó las acusaciones de basura de Occidente.
Las declaraciones de Szubin han sorprendido en las capitales más poderosas del mundo. En su entrevista a la BBC, el funcionario estadounidense habló claro: Lo hemos visto enriquecer a sus amigos y aliados, pero también se ha visto un alocado crecimiento de su fortuna.
Inicios y nunca más detenerse
El enriquecimiento de Vladimir Putin no principia con su ascenso al poder en Rusia, sino antes, en la década de los 90, cuando alcanza el cargo de alcalde adjunto de San Petersburgo. Las investigaciones periodísticas dan cuenta de que entonces compró una lujosa propiedad en Torrevieja, Alicante, España.
Pero lo curioso del caso es que en ese tiempo se destapó un pequeño escándalo porque desaparecieron millones de dólares de las arcas municipales, los cuales fueron a parar a Twenty Trust, la compañía que financió la compra de la casa en Torrevieja, de la cual Putin era el único beneficiario. Cuando él accedió al poder absoluto en Rusia, la investigación que se había abierto por este caso se cerró.
Su ascenso al poder fue demasiado rápido, como rápido ha sido el crecimiento de su fortuna personal. Por cierto, su círculo más cercano y de mayor crecimiento en el poder político y económico llegó con él desde San Petersburgo.
El grupo llamado los allegados a Putin son Viktor Ivanova, director de la Agencia Antidroga; Igor Sechin, presidente de Rosnett, la mayor compañía de petróleo que hay en el mundo; Alexey Miller, presidente de Gazprom, y Dimitri Medvedev, su primer ministro. Sobre todos ellos hay sospechas de corrupción.
Entre las propiedades más impresionantes de Putin está su palacio en el Mar Negro, el cual tiene un precio en el mercado de US$1 mil millones, según testimonios de quienes hicieron los trámites financieros, especialmente Sergei Kolesnikov, quien habló tras caer en desgracia ante Putin y tener que salir al exilio para salvar su vida.
El mundo sabe que el sueldo del presidente ruso es de US$110 mil al año, lo que no permitiría que amasara una fortuna como la que ha llegado a tener, a no ser por la vía de la corrupción, uno de los males más generalizados en la clase política dominante en Rusia.
Ya hace algún tiempo se reveló, por medio de los cables obtenidos por WikiLeaks, que la diplomacia estadounidense sabía de las vinculaciones de Putin con el grupo de comercialización de commodities Gunver Group, pero también con la enorme petrolera y otras industrias estatales, de donde han surgido gigantescas fortunas rusas.
Desde 2007, la CIA ha rastreado la fortuna del carismático presidente ruso, quien ante los ojos de su pueblo es un burócrata que se inició en la KGB soviética, y luego no ha ganado más de US$120 mil al año.
Sus inicios como espía siempre lo mantuvieron en puestos de baja remuneración. Nunca alcanzó un perfil financiero que permitiera empezar a construir una fortuna tan sólida como la que ahora se le acredita.
Los informes de Inteligencia británicos y estadounidenses reconocen que el secreto mejor guardado en el Kremlin es precisamente el de la fortuna presidencial.
El magnate Boris Berezovzky es reconocido como uno de los hombres que lo ayudó a encumbrarse en el Kremlin, pero luego se distanció de él. Sin embargo, es de los pocos que dan testimonio de acciones honestas del político en su paso por San Petersburgo.
Vladimir Putin no se ha inmutado con los señalamientos de su gran fortuna. Ni siquiera se ha referido al tema esta vez, pero hay quienes aprovechan para dar a conocer algunas de sus irregularidades, como Dimitri Skarga, un exfuncionario que asegura que le tocó supervisar el traslado de un yate valorado en US$35 millones, que el magnate ruso Roman Abrimovich –dueño del Chelsea, club de futbol inglés– le regaló a Putin por medio de una compañía que está localizada en un paraíso fiscal. El barco lleva el nombre de Olimpia y es utilizado por el presidente ruso.
Palacios, yates, casas y mansiones son apenas la punta de una fortuna que permanece escondida. Los organismos de transparencia no incluyen su nombre en la lista de los gobernantes más corruptos, pero ello puede cambiar cuando deje el poder. Solo así se ha conocido lo que hicieron esos gobernantes que llenan la galería de la vergüenza.
El top 10 de gobernantes marcados por corruptos
Transparencia Internacional mantiene un ranquin de presidentes corruptos. A continuación un resumen de cada uno y las fortunas que se estima hicieron cuando gobernaban.
- Mohammed Suharto, presidente de Indonesia (1967-1928). Supuestamente malversó al menos US$35 mil millones.
- Ferdinand Marcos, presidente de Filipinas (1965-1986). Habría malversado US$10 mil millones.
- Mobutu Sese Seko, presidente de Zaire (1965-1997). Malversó supuestamente US$ 5 mil millones.
- Sani Abacha, presidente de Nigeria (1993-1998). Se estima que amasó una fortuna de US$5 mil millones.
- Slobodan Milosevic, presidente de Serbia/Yugoslavia (1989-2000). Malversó al menos US$1 mil millones.
- Jean Claude-Duvalier, presidente de Haití (1971-1986). Hizo una fortuna de US$800 millones.
- Alberto Fujimori, presidente de Perú (1990-2000). Malversó US$600 millones.
- Pavlo Lazarenko, primer ministro de Ucrania, malversó US$200 millones.
- Arnoldo Alemán, presidente de Nicaragua (1997-2002). Malversó unos US$100 millones.
- Joseph Estrada, presidente de Filipinas (1998-2001). Hizo una fortuna estimada en US$80 millones.