Poco antes del 1 de mayo, cuando debía pagar el alquiler, Sean Reilly escuchó un golpe en la puerta de su apartamento: era el administrador de su pequeño edificio en Brooklyn exigiendo el pago de su alquiler de abril.
Al igual que miles de vecinos de Nueva York, Reilly, de 25 años, se sumó a una «huelga de inquilinos» en respuesta a una pandemia que ya dejó a más de 30 millones de estadounidenses sin trabajo y con el termor de perder también sus hogares, en medio del confinamiento impuesto para controlar la propagación del COVID-19.
Con pancartas frente a sus edificios o en sus autos frente a las residencia del gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, Reilly y otros inquilinos se manifestaban clamando por ayuda financiera en protestas que movilizaron a unas 12,000 personas, según estimaciones de la organización Housing Justice for All, promotora de este movimiento.
«No voy a mentir, da miedo decirle a tu casero: ‘No pagamos el alquiler'», dijo a la AFP Reilly, militante del partido de izquierda Socialistas Democráticos de América. El joven junto a sus cuatro coinquilinos pagan un alquiler mensual de 3,100 dólares.
«Me dolía el estómago cuando envié el correo electrónico pero es lo correcto ahora», agregó.
Reilly mantiene su trabajo, que prefiere no especificar por miedo a represarías, pero señala que muchos de sus colegas ya han perdido sus empleos y confiesa su temor a correr con la misma suerte.
En Nueva York desde el verano pasado, su vecino Stephen Henderson, que también está en huelga de alquiler, perdió todos los contratos como trabajador independiente de cine y televisión por la pandemia.
AFP / Angela Weiss Los inquilinos del edificio cuelgan carteles de su techo en el barrio de Crown Heights durante una huelga de alquiler en la que, según los organizadores, participaron miles.
Sin trabajo, recibe un subsidio de desempleo desde la semana pasada, pero sigue esperando los 1,200 dólares de ayuda prometidos por el gobierno federal a todos los trabajadores de bajos ingresos.
Casi dos tercios de los 8.6 millones de residente de Nueva York alquilan apartamentos con dos dormitorios, que significan rentas promedio de entre 2,500 y 4,000 dólares. En marzo, Cuomo emitió una prohibición de desalojos que regirá hasta el 20 de junio.
Para Kalman Zimmerma, un propietario y agente inmobiliario que administra apartamentos, es «muy difícil» que los dueños de viviendas renuncien al alquiler.
Sin embargo, aseguró estar a favor de congelar el precio de los alquileres «si el gobierno congela el pago de impuestos y los rembolosos de los préstamos a los propietarios».
Congresistas cercanos al socialista Bernie Sanders, que en marzo habló de una huelga de alquileres, apoyan un proyecto de ley que cancele los alquileres. Pero ni el presidente Donald Trump ni los líderes demócratas del Congreso dan su apoyo.