Unos 2 mil migrantes centroamericanas, caribeños y africanos comenzaron a marchar este sábado desde Tapachula, en el sur de México, rumbo a la capital del país, donde exigirán hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador para que les ayude a salir del limbo legal en que se encuentran.
Se trata del primer movimiento masivo de migrantes desde que el gobierno desplegó en junio un gran operativo de seguridad para contener la migración ilegal a pedido de Estados Unidos y después de que otros grupos multitudinarios atravesaron el país en meses anteriores.
«Vamos a la Ciudad de México a hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador», dijo el activista Luis García Villagrán al contingente que salió al amanecer desde el parque central de Tapachula y que tras pasar por la capital, planea dirigirse a Tijuana, fronteriza con Estados Unidos.
El grupo pedirá al izquierdista López Obrador que resuelva la situación de miles de migrantes que llevan meses varados en la frontera sur, debido a la estrategia de seguridad del gobierno, implementada por exigencia de Estados Unidos.
En junio pasado México se comprometió con el gobierno de Donald Trump a realizar esfuerzos sin precedentes para contener una escalada inédita en el número de personas migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos atravesando el territorio mexicano, que entre enero y mayo se disparó casi 150%.
El gobierno de López Obrador accedió al acuerdo bajo la amenaza de Trump de imponer aranceles crecientes a las exportaciones mexicanas, un 80% de las cuales tienen como destino el mercado estadounidense.
México desplegó unos 21.000 soldados, 6.000 en su frontera sur -acceso de la gran mayoría de indocumentados- y unos 15.000 en el norte, donde comparte 3.200 km de frontera con Estados Unidos.
La caravana, conformada, entre otros, por haitianos, cubanos, cameruneses, hondureños y salvadoreños, había avanzado unos 20 kilómetros desde Tapachula custodiada por la policía federal y apoyada por una ambulancia.
Los migrantes se concentraron durante la madrugada en la plaza central donde decidieron marchar hacia el centro del país, tras pasar varias semanas sin vivienda ni trabajo, y con temor de seguir con rumbo norte, tornando su situación desesperante, alegaron.
Muchos aseguran que ingresaron a México desde hace cuatro o seis meses y que esperaban que el Instituto Nacional de Migración (INM) les brindara documentos para circular legalmente por el país, pero al no tener respuesta determinaron iniciar la caminata.
Hasta agosto, la estrategia mexicana logró reducir en casi 60% el flujo migratorio que llega a la frontera con Estados Unidos y el gobierno espera que al cierre de octubre el flujo retome su promedio histórico de los últimos cinco años.