En el marco del Día del Niño, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) compartió, a través de un comunicado de prensa, su preocupación por el impacto negativo que la crisis económica, social y de salud está teniendo en todos los aspectos de la vida de las niñas, niños y adolescentes en Guatemala, por lo que hace un llamado a visibilizarlos para tomar medidas urgentes.
Para Carlos Carrera, representante de UNICEF en Guatemala, el Día del Niño es una oportunidad de analizar la situación de la infancia, impulsar que sus voces sean escuchadas, consideradas y sus derechos cumplidos.
“Podemos construir un mundo mejor a partir del COVID-19. La pandemia no puede usarse como una excusa para frenar nuestros esfuerzos en el cumplimiento de los derechos de la infancia, sino debe verse como una oportunidad para acelerarlos.”, señaló Carrera.
Esa organización dio a conocer los resultados de una encuesta recientemente realizada con CID Gallup y con jóvenes y adolescentes a través de la herramienta U-Report Guatemala, que muestran el serio impacto que el COVID-19 registra en el bienestar de la infancia. Los cuales son:
Inseguridad alimentaria y el aumento de la desnutrición aguda y crónica. Según con la encuesta, del 1 de enero al 31 de agosto del 2019 se 11 mil 662 casos de niños menores de cinco años con desnutrición aguda. Para el mismo periodo de 2020, la cifra se elevó a 20 mil 924 niños (Fuente: SESAN).
Así mismo, la investigación realizada reveló que el 50% de los hogares dejó de comprar algún alimento por falta de dinero; el 24% dejó de comer un tiempo o más de comida por falta de alimentos. “El 35% está comiendo menos en cada comida por falta de alimento. De igual forma, 6 de 10 adolescentes y jóvenes encuestados dice que el COVID-19 ha dificultado comer saludablemente más que antes. La mayoría dice que la causa es que su familia tiene menos dinero para comprar comida”, manifiesta la encuesta.
Caída de la cobertura de servicios de salud: el reportaje señala que debido al temor a ser contagiados, se ha visto un descenso de afluencia en los centros de salud, “lo que ha impactado en un aumento de la mortalidad infantil y materna”, afirma el documento.
Además, La encuesta revela que entre abril y junio de 2019, se registraron 86 muertes maternas. Para los mimos meses de 2020, esta cifra se incrementó a 103. Así mismo, 2 de 10 adolescentes y jóvenes encuestados cree que el nuevo virus puede generar más conflictos con el acceso a servicios en su comunidad.
“Comparando datos de cobertura de servicios de salud de los meses de abril, mayo y junio de 2019 con los datos de los mismos meses para 2020, se observa una caída del 31% en la primera visita de cuidados prenatales y del 66% para la cuarta visita; respecto a los partos institucionales, se observó una caída del 24% en el mismo periodo; finalmente, también se registró una disminución del 13% en el número de vacunas sumistradas contra la difteria, tétanos y tos ferina”, afirma UNICEF.
Respecto al tema de la Interrupción de clases, el estudio señala que a pesar de los esfuerzos para garantizar la continuidad educativa, el 49% de los entrevistados reporta tener hijos menores de 18 años, de los cuales el 81% estudia y el 19% no. Y de los que estudian, el 31% dice no estar recibiendo clases a distancia durante la pandemia. “Esta situación amenaza el logro de los aprendizajes y aumenta el riesgo del abandono escolar, lo que puede repercutir en el incremento de la desigualdad y la exclusión en el país. 8 de 10 de adolescentes y jóvenes encuestados opinó que su educación se ha visto afectada por el COVID-19”, explica.
En el tema de mayor vulnerabilidad a violencia los resultadosde la encuesta también revelaron que un 50% de las personas consideran que durante la pandemia se ha incrementado la violencia familiar y en específico un 30% considera que la violencia hacia los niños se ha incrementado. Así mismo, 2 de 10 de adolescentes y jóvenes encuestados decía resolver los conflictos en su hogar por medio de discusiones fuertes, gritos y golpes.
Sin embargo, a pesar del aumento de la violencia, debido a las medidas de confinamiento, ha habido una disminución en las denuncias, lo cual obstruye la lucha por obtener justicia.
Respecto a la Vulnerabilidad de la niñez migrante retornada, el reportaje indica que debido a las nuevas medidas de contención del virus, se registró un aumento de niñez migrante retornada. Al 31 de agosto de 2020 han sido retornados 2,229 niños no acompañados, de ellos 869 retornados de Estados Unidos, cifra superior a la de todo el año 2019 (831) y la más alta de los últimos años.
Adicionalmente, los temores de virus agravan la discriminación y la violencia existentes para los niños migrantes que regresan, dejándolos doblemente en riesgo. Según la encuesta realizada por UNICEF, un 40% de las personas consideran que los migrantes, incluidos niños, sufrieron acoso o discriminación por ser posibles portadores del coronavirus. Y 8 de 10 adolescentes y jóvenes encuestados por U-Report, cree que el COVID-19 está generando estigma contra cierto grupo de personas, la mitad considera que el estigma es más dirigido hacía migrantes, refugiados y retornados.
Ante ello, UNICEF exhorta a las autoridades guatemaltecas a tomar medidas concretas adicionales para proteger el bienestar de las niñas, niños y adolescentes que incluyen los siguientes aspectos:
1. Priorizar a las familias con niñas y niños menores de 5 años en cuando a la cobertura de los programas de protección social, desarrollo infantil y asistencia alimentaria para prevenir un aumento de desnutrición crónica y aguda.
2. Intensificar los esfuerzos de brigadas de búsqueda activa de niños con desnutrición para que reciban tratamiento y así prevenir la mortalidad.
3. Identificar y resolver las barreras que mujeres y niños están enfrentando para acudir a los servicios de salud.
4. Cuando se den las condiciones adecuadas, priorizar la reapertura segura de las escuelas en con especial énfasis en la población con limitado acceso a la educación y excluido de las estrategias de educación a distancia por medios televisivos, radiales y digitales para garantizar la continuidad de sus aprendizajes.
5. Apoyar la instalación de servicios básicos de agua y saneamiento para el lavado de manos en las escuelas y la práctica de hábitos de higiene.
6. Apoyar y adaptar los sistemas de protección infantil para que continúen funcionando como servicios esenciales para las niñas, niños y adolescentes, incluidos los migrantes.
7. Intensificar la comunicación con las familias y comunidades para que conozcan y comprendan como prevenir las infecciones y frenar la pandemia.