La Unesco oficializó el jueves a la cerámica de Talavera, una tradición alfarera de cinco siglos que pasó de España a México, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, al entregar el certificado a autoridades mexicanas.
Esta artesanía de ambos países fue declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad en diciembre pasado en Bogotá.
«No solo porque nos interesa que los pueblos se unan, sino porque esa diversidad entre continentes enriquece la diversidad de lo que la Unesco representa», dijo durante la ceremonia de entrega del certificado Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, que fue citada en un comunicado de cancillería mexicana.
El canciller mexicano Marcelo Ebrad recibió el certificado en la ceremonia, ante la presencia también del embajador de España en México, Juan López-Dóriga.
La cerámica debe su nombre a la ciudad castellana de Talavera de la Reina, que cuenta con una larguísima tradición alfarera, surgida del período de dominación islámica de la Península Ibérica.
La tradición llegó en el siglo XVI a América, cuando lo que hoy es México era el Virreinato de la Nueva España.
«Desde la época prehispánica, México es un país moldeado en barro, así empezó un diálogo a través de la tierra, el agua y el fuego, que entró en plena concordancia con la tradición alfarera venida de España», dijo por su parte durante la ceremonia Alejandra Frausto, secretaria de Cultura de México.
La cerámica debe su nombre a la ciudad castellana de Talavera de la Reina, que cuenta con una larguísima tradición alfarera, surgida del período de dominación islámica de la Península Ibérica, y tiene la peculiaridad de que surge de una alfarería artística y no pupular.
Las regiones que la producen por tradición en México son los municipios de Atlixco, Puebla, Cholula y Tecali en Puebla (centro), además de San Pablo del Monte, en el vecino estado de Tlaxcala.
El trabajo de los artesanos en esas zonas está protegido desde 1995 por una Denominación de Origen.