Como ya es costumbre, la presencia latinoamericana en las Grandes Ligas de béisbol es la mayor en los cinco principales deportes estadounidenses. Y una Serie Mundial, sin sangre latina, no tiene el mismo sabor.
El Clásico de Otoño, que comienza este martes, enfrenta a los Astros de Houston, por la Liga Americana, y los Nacionales de Washington, por la Nacional.
Los Astros presentan en su róster 11 jugadores y un coach de esa región, mientras que los Nats lo hacen también con 10 jugadores y el mánager.
Por los Astros visten el uniforme del equipo los mexicanos Roberto Osuna y José Urquidy, los venezolanos Héctor Rondón, Robinston Chirinos, José Altuve y el coach Henry Blanco, los boricuas Martín Maldonado y Carlos Correa, y los cubanos Yuli Gurriel, Aledmys Díaz y Yordan Álvarez.
Por los Nacionales lo hacen los venezolanos Aníbal Sánchez, Asdrúbal Cabrera y Gerardo Parra, los mexicanos Anthony Rendón y Javy Guerra y los dominicanos Fernando Rodney, Wander Suero, Víctor Robles y Juan Soto y el brasileño Yan Gomes. Así como su mánager el puertorriqueño Dave Martínez, debutante en estas lides como capataz.
Por segundo año consecutivo un mánager latino es debutante, luego de que lo hiciera el año pasado su compatriota Alex Cora, que llevó a los Medias Rojas a saborear las mieles del triunfo en el evento.
Astros por hacer historia
Los Astros buscan su segunda corona de Serie Mundial en su tercer viaje al Clásico de Otoño, en el que se impusieron en 2017 a los Dodgers de Los Angeles. En el 2005, compitiendo por la Liga Nacional, debutaron en el evento y cayeron ante los Medias Blancas de Chicago.
En tanto, los Nacionales, que antes del 2005 eran los Expos de Montreal, debutan en una Serie Mundial, aunque la ciudad de Washington había disfrutado de ese evento por última vez en 1933 con los Senadores, que perdieron finalmente ante los entonces Gigantes de Nueva York.
Los Senadores, que después en 1972 se convirtieron en los Rangers de Texas, ganaron en 1924 el Clásico cuando derrotaron a los Gigantes siendo de la capital.
Como es costumbre, los jugadores latinoamericanos alcanzan la Serie Mundial con actuaciones muy destacadas.
Muchos son especiales
Desde 1971, cuando el desaparecido Roberto Clemente, puertorriqeño de los Rojos, se convirtiera en el primero de esa región en llevarse el premio de MVP, varios más lograron ese galardón en la Serie Mundial.
Siguieron el dominicano Pedro Guerrero (Dodgers, 1981) -compartido con sus compañeros Ron Cey y Steve Yeager-, el también quisqueyano José Rijo (Rojos, 1990), el cubano Liván Hernández (Marlins, 1997) y el panameño Mariano Rivera (Yankees, 1999).
Luego hubo un descanso y comenzaron de nuevo a proliferar con el dominicano Manny Ramírez (Boston, 2004), el boricua-cubano Mike Lowell (Boston, 2007), el colombiano Edgar Rentería (Gigantes, 2010), el venezolano Pablo Sandoval (Gigantes, 2012), el también quisqueyano David Ortiz (Boston, 2013) y el igualmente llanero Salvador Pérez (Reales, 2015).
La Serie al mejor de siete partidos comienza con dos partidos en Houston y después se traslada a Washington para los juegos 3, 4 y 5, éste último si fuera necesario.