Una profesora estadounidense que se identificaba como negra confesó haber mentido sobre sus orígenes, una admisión con consecuencias graves en un país con fuertes tensiones por el tema racial y donde se denuncia fuertemente la apropiación cultural.
En una publicación en la plataforma Medium, Jessica Krug, profesora de historia en la prestigiosa Universidad George Washington en Washington, admitió haber mentido «la mayor parte» de su vida adulta.
«He ocultado mi pasado de niña judía blanca de los suburbios de Kansas City para aprovecharme de varias identidades negras que no tenía derecho de reivindicar: primero negra del norte de África, luego afroestadounidense y finalmente negra del Bronx, de origen caribeño», escribió esta mujer de tez clara.
«Sanguijuela cultural»
Estas mentiras representan «el epítome mismo de la violencia, del robo y de la apropiación, de las innumerables formas en que las personas no negras continúan usando y abusando de las identidades y culturas negras», escribió Jessica Krug, autocalificándose de «sanguijuela cultural».
Consultada por CNN, una de sus exalumnas dijo que Krug decía a sus estudiantes que se enorgullecía de su procedencia del Bronx y que una vez se peleó con otro alumno que le aseguró que el rap había sido creado en Brooklyn, un debate típico de Nueva York.
También según CNN, esta profesora especializada en historia de África y de la colonización leía en voz alta la palabra «nigger» en los textos, un término tabú que solo las personas negras están habilitadas socialmente a pronunciar.
Además, dijo su exalumna, con frecuencia reivindicaba a artistas negros e indígenas y dio conferencias sobre temas como las poblaciones indígenas en Chile; también usaba muchos términos en español, que en teoría procedían de sus orígenes puertorriqueños.
La Universidad George Washington ha anunciado que está «al tanto» de estas revelaciones y «evalúa la situación».
En Estados Unidos, especialmente en los círculos académicos y progresistas, se reprueba fuertemente el uso de símbolos identitarios de comunidades a las que no se pertenece, la llamada «apropiación cultural».
En los censos oficiales, donde se registra el origen étnico de los estadounidenses, es posible sin embargo identificarse como uno desea.
El caso recordó otro de 2015 en el que una activista, Rachel Dolezal, dio que hablar al identificarse como negra cuando ella y sus padres eran blancos.