El rinoceronte negro africano, del cual hay menos de 6,000 ejemplares en libertad, vio a su población recuperarse lentamente entre 2012 y 2018, informó el jueves la UICN, que llama a fortalecer la lucha contra la caza furtiva.
La especie permanece en peligro crítico de extinción, especifica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) con motivo de la actualización de su lista roja, que enumera 116,177 especies, de las cuales 31,030 están amenazadas de extinción.
La cantidad de rinocerontes negros que deambulan libremente en África aumentó ligeramente, un 2.5% por año, de 4,845 animales a 5,630, afirma la UICN. El pronóstico indica un «progreso limitado en los próximos cinco años».
«Si bien los rinocerontes en África no están salvados de la extinción, el aumento lento y continuo de las poblaciones de rinocerontes negros ilustra los enormes esfuerzos realizados por los países» donde viven, subraya Grethel Aguilar, director general interino del UICN, citado en un comunicado de prensa.
Este desarrollo se debe en gran medida a leyes más estrictas y al manejo de los animales, con movimientos de rinocerontes de una población a otra para promover su reproducción.
Hay tres subespecies de rinoceronte negro, una está «casi amenazada» y las otras dos «en peligro crítico».
El rinoceronte blanco, cuya población es más grande, sigue siendo considerado «casi amenazado» según la clasificación de la UICN.
La población de la subespecie de rinoceronte blanco del sur disminuyó en alrededor del 15% entre 2012 y 2017 a 18,000 individuos, en gran parte debido a la caza furtiva en el Parque Kruger en Sudáfrica, que alberga a la población más grande, afirma la UICN.
La otra subespecie, el rinoceronte blanco del norte, está «en peligro crítico» de extinción.
El rinoceronte blanco está más amenazado por la caza furtiva porque su cuerno es más grande y prefiere hábitats más abiertos donde es más identificable que el rinoceronte negro, precisa la UICN.
Los miles de rinocerontes que alguna vez habitaron África y Asia han sido diezmados por la caza furtiva y la pérdida de su hábitat.
Muy pocos aún viven fuera de los parques nacionales y las reservas.