Guadalajara, México
Una inusual capa de hielo cubría este domingo la ciudad mexicana de Guadalajara y sus alrededores tras una fuerte granizada que sorprendió a los habitantes y causó daños en casas, negocios, vehículos y bloqueó los caminos viales.
«Escenas que cuando menos yo jamás había visto en Guadalajara. Vean el granizo que parece una nevada, y luego nos preguntamos si en verdad el cambio climático existe. Estos son fenómenos naturales que no habíamos visto (…) Parece como si hubiera nevado. Es increíble», describió Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, el estado al que pertenece Guadalajara.
Esta región del norte de México registra altas temperaturas en el verano boreal, y durante los últimos días el termómetro se había situado en los 31°C.
Aunque las granizadas son usuales en esta temporada del año, no se tiene registro de una tan fuerte como la de este domingo.
Al menos seis colonias en el límite de Guadalajara y la vecina Tlaquepaque amanecieron con una capa de hielo de hasta dos metros. En las calles, los niños jugaban con bolas de hielo mientras elementos de Protección Civil y militares retiraban de las avenidas bloques de hielo con maquinaria pesada.
Dos personas presentaron «principios de hipotermia», informó Protección Civil de Jalisco en un comunicado.
La granizada ocurrió por la inestabilidad en la atmósfera, es decir, el calor de la tierra subió, se combinó con una gran cantidad de humedad y se produjo una condensación, explicó para la AFP Héctor Magaña, meteorológico de la Universidad de Guadalajara.
«Para que se forme el granizo tuvo que ser una nube de tormenta muy severa, que tuvo mucha inestabilidad», comentó.
Los Ayuntamientos de Guadalajara y Tlaquepaque reportaron cerca de 200 casas y negocios afectados y al menos 50 vehículos arrastrados por la corriente de agua que se formó. Algunos vehículos quedaron apilados unos sobre otros o sepultados bajo el hielo.
Con palas y picos, habitantes y comerciantes sacaban el agua y hielo acumulados en sus casas y negocios, que sufrieron pérdidas aún no cuantificadas.
«Se inundó todo. La presión del hielo hizo que tronaran los cristales de las puertas de los refrigeradores», relató Elena García, luego que el granizo entró a su casa y su tienda de abarrotes.