Una estela de unos 2,000 años de antigüedad descubierta en el suroeste de Guatemala reveló indicios del nacimiento de la escritura en la cultura maya que dominó el sur de México y parte de Centroamérica, informaron expertos este martes.
La estela 87 fue hallada en septiembre de 2018 en el parque arqueológico Tak’alik Ab’aj en el municipio de El Asintal, 125 km al suroeste de la capital, y es «ejemplo» de la génesis de la escritura maya, dijo en una presentación el epigrafista alemán Nikolai Grube.
«La gran importancia de la estela 87 es que es un ejemplo temprano del desarrollo de la escritura en Mesoamérica (…). Tak’alik Ab’aj fue un lugar de experimentación con la escritura» maya, señaló Grube en videoconferencia desde México durante un acto en el Palacio Nacional de la capital guatemalteca.
Aunque no se logró una «lectura lingüística» de los jeroglíficos, el experto indicó que la estela muestra a un gobernante con su nombre y títulos y evidencia «un texto maya temprano», según Grube.
La estela data del año 100 a. C. durante el periodo preclásico tardío (400 a. C. – 200 d. C.) y está esculpida sobre roca natural.
Tak’alik Ab’aj era una ciudad que en principio fue habitada por olmecas (1,500 a. C. a 100 d. C) y por mayas durante su expansión en el período preclásico medio (800 a 300 a. C).
Los olmecas desaparecieron y los mayas continuaron desarrollando su avanzada cultura.
La arqueóloga guatemalteca Christa Schieber, coordinadora técnica del parque, precisó que Tak’alik Ab’aj fue un «laboratorio» para hacer «experimentos» de la escritura maya que luego fue evolucionando.
En 2012, arqueólogos guatemaltecos anunciaron el hallazgo de la tumba de un poderoso rey en Tak’alik Ab’aj, que pudo haber propiciado la transición de la cultura olmeca a la maya entre 700 y 400 a. C.
El presidente Alejandro Giammattei dijo en el acto que pedirá a la Unesco que el sitio sea declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La cultura maya tuvo su mayor esplendor en el llamado período clásico (250-900 d. C.), hasta que entró en decadencia en el período postclásico (900-1200 d. C) y abarcó el área mesoamericana que comprende el sur de México, Guatemala, El Salvador, Honduras y Belice.