El nombre de Carmela Hontou, hasta hace una semana una desconocida diseñadora de modas de 57 años, es hoy sinónimo de coronavirus en Uruguay, donde entre burlas e indignación se la acusa de haber expandido la enfermedad al concurrir a una boda con 500 personas horas después de haber regresado de Europa.
Uruguay confirmó sus primeros cuatro casos de COVID-19 el viernes pasado. Este jueves, la cifra asciende a 79 y, según autoridades del Ministerio de Salud Pública, la mayoría está relacionada con un mismo vector: un casamiento celebrado el 7 de marzo en el exclusivo barrio montevideano de Carrasco, al que asistieron 500 invitados.
«Seguramente fue uno de los focos más importantes a partir de los cuales se empezó a dar la dispersión», dijo el miércoles el infectólogo Jorge Facal, integrante del comité de gestión de crisis que aborda la epidemia de coronavirus, en una conferencia para periodistas organizada por la Presidencia uruguaya.
Se cree que al menos 44 de los casos confirmados se vinculan a la fiesta a la que asistió Hontou horas después de bajar de un avión que la traía de España, en su segundo viaje en un mes al Viejo Continente.
«Creen que soy una terrorista»
La propia diseñadora lo contó al dar su testimonio como una de las primeras infectadas. «El 22 de febrero viajé a Madrid con destino a Milán pero mis compromisos se cancelaron así que (…) me quedé en España y después volví a Uruguay. Llegué sintiéndome bien y sin síntomas de ningún tipo (…) Ese mismo día almorcé con mi madre de 84 años y de noche fui a un casamiento con 500 personas», contó al diario El País de Montevideo el día que se confirmó su diagnóstico y se dieron a conocer los primeros casos.
Esas palabras bastaron para que su nombre se viralizara en redes sociales, al igual que varios audios de WhatsApp de invitados a la boda expresando su indignación con el peligro al que los expuso.
«La gente piensa que fui a un casamiento a expandir un virus, y no fue así. ¡Dicen que soy una terrorista que trajo el virus para matar a todo el mundo!», replicó la mujer en entrevista con el medio argentino Infobae días después, a medida que tuits, memes y nuevos audios de WhatsApp incrementaban el linchamiento virtual.
Pero al mismo tiempo reconoció que antes del viaje a España de febrero había volado previamente a Italia en enero, tras lo cual tuvo un cuadro con 40 grados de fiebre. Aún así, declaró que pensar en no asistir al casamiento era «un divague».
Entre los invitados a la fiesta se encontraban docentes, gerentes deportivos y representantes de cámaras empresariales. Uno de estos últimos, que se contagió con el virus al igual que su esposa, estuvo en una reunión con integrantes del equipo económico de gobierno, según publicó el semanario Búsqueda.
La diseñadora también ha estado en el ojo de la tormenta por denuncias de que no respetó la cuarentena al recibir visitas en su casa, lo que ha propiciado una investigación de la fiscalía, informó la prensa local, que también informó que tanto su hijo como su empleada doméstica han sido confirmados con coronavirus.
De acuerdo a reportes de prensa, Hontou ha sufrido crisis nerviosas por el «acoso» del que ha sido blanco.