“Una cosa es saber leer; otra cosa es comprender lo que estamos leyendo”

Hacia una revolución positiva


opinion-gustavo-leivaGustavo Leiva

No importa dónde estemos, pero en nuestras conversaciones más triviales y más serias, en estos días de apertura política, que son   históricos para todos, está  presente Guatemala y su futuro.

Ahora sabemos lo que nunca antes  habíamos siquiera sospechado: el insólito poder que tenemos como  sociedad civil,  manifestando nuestro  clamor contra la impunidad.

Esto nunca antes había ocurrido. Estamos iniciando una nueva etapa de vida colectiva  como nación y como pueblo: como cuando, de adolescentes, nos negábamos a vivir en el mundo de nuestros padres y abuelos.

Hay  en el ambiente de nación una rebeldía inocente. Una rebeldía  que es pacífica, porque está  llena de ilusiones, y que es, en esencia, alegre, porque está dispuesta a enfrentarse a nuevos retos en la medida que vamos caminando hacia adelante. Estamos aprendiendo a caminar como pueblo. Nos hace falta aprender a correr y a saltar por encima de nuestros prejuicios y limitaciones del pasado.

Hoy, en la mañana, un día antes de las elecciones del 6 de Septiembre, presioné el botón de un  elevador que me llevaría al segundo piso de uno de los centros comerciales de la zona 10. En este viaje instantáneo de dos pisos, una señora joven y su hija más joven aún, me preguntaron a bocajarro, ¿usted, señor, por quién va a votar?

No lo pensé dos veces, y les dije: No voy a cometer el mismo error de hace cuatro años. Hace cuatro años voté por el menos malo, para que, el realmente malo, no pudiera ganar fácilmente. Mañana, primero Dios, voy a darme  el lujo de votar por quien creo que es el mejor, y no el peor. Ahora nuestra  tarea es actuar al revés:  participar en la creación de una segunda vuelta  que vuelva a poner el futuro político de Guatemala  en nuestras manos. La idea es votar nulo en la segunda vuelta y,  con el triunfo del voto nulo,  volver a poner en jaque a toda la clase política, a sus financistas y a las organizaciones criminales que se han apoderado del Estado guatemalteco.  

Para eso, tanto la señora como su joven hija y yo, salimos de los elevadores juntos y seguimos nuestra conversación. Si en estas  primeras votaciones  logramos salir de los diputados que quieren reelegirse, ya no habrá excusa para que, antes de la segunda vuelta, este  Congreso apruebe la  nueva Ley Electoral y de Partidos Políticos legalizando que el voto nulo sea vinculante.

No solo en la política, sino en la vida real, en nuestro trabajo, por ejemplo, e incluso  en nuestra vida sentimental,  me dijo la señora, la realidad nacional nos impone, día a día, a elegir entre lo menos malo, para que,  lo que es lo peor, no nos ocurra. Vivimos en una  realidad  que tiene dos  caras al mismo tiempo: aquello que deberíamos hacer de corazón, y aquello que, finalmente, hacemos  porque estamos obligados a hacerlo.

Yo me quedé pensando en la filosofía de vida de esta señora y me di cuenta que una cosa es saber  leer la realidad, pero otra cosa es lograr comprenderla en toda su amplitud. Cuando solamente nos limitamos a leer nuestras situaciones, caemos en la trampa de elegir por  lo menos malo, porque no queremos que lo peor sea lo que ocurra. Pero, cuando  actuamos con el corazón, por difícil que sean  nuestras  circunstancias, y nuestra lectura es igual a nuestra comprensión, con esa certeza, podemos tomar decisiones realmente valientes y visionarias. En lugar de lo menos malo, elegimos  aquello que debemos hacer,  y le perdemos miedo al miedo.

Existen, pues, dos Guatemalas. La Guatemala  que nos hace ir hacia lo menos malo, para  salvarnos de  que lo  peor pueda  ocurrirnos,  y que nos ha hecho  lectores pasivos de la vida. Y  la otra Guatemala que salta sobre  lo menos malo y se remonta  sobre  lo peor, porque su lectura nos invita a comprender que existe algo puro, algo  bello y digno que debemos tratar de alcanzar con todo nuestro ser.

¿Qué ha  hecho este Congreso antes de esta primera vuelta? ¿Leer o comprender nuestra realidad?

¿Qué hemos hecho los guatemaltecos antes del 16 de Abril de este año? ¿Leer o comprender nuestra realidad?

¿Qué vamos a  hacer cuando en la segunda vuelta se abra la oportunidad inédita de nuestra historia de anular nuestros votos? ¿Leer o comprender nuestra realidad?.

Vivimos en una realidad que tiene dos caras al mismo tiempo: aquello que deberíamos hacer de corazón, y aquello que, finalmente, hacemos porque estamos obligados a hacerlo.

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