El Congreso dio el sábado luz verde a nuevos comicios generales en Bolivia sin Evo Morales, en un paso decisivo hacia una salida a la crisis que estalló en torno a la figura del exmandatario, asilado en México, y que dejó 32 muertos en un mes de protestas.
En una sesión extraordinaria el Senado, primero, y luego la Cámara de Diputados aprobaron el «Régimen Excepcional y Transitorio para la realización de Elecciones Generales».
La iniciativa será promulgada en breve por la presidenta interina Jeanine Áñez, quien de manera simultánea abrió un diálogo con los movimientos de protesta para buscar un acuerdo que ponga fin a los bloqueos y manifestaciones.
Con el inminente llamado a comicios y la paulatina «pacificación» de las calles, Bolivia parece encaminarse hacia una salida al peor estallido social que ha enfrentado en poco menos de dos décadas.
El primer paso lo dio el Congreso anulando las elecciones del 20 de octubre, en las que Morales había obtenido un nuevo mandato de cinco años, en un proceso que fue contestado por la oposición en las calles por presunto fraude y en el que la Organización de los Estados Americanos (OEA) dijo haber detectado irregularidades.
Se van a «dejar sin efecto legal las anteriores elecciones y sus resultados que ocasionaron la movilización ciudadana», sostuvo el senador Oscar Ortiz, quien desde la oposición a Morales lideró las negociaciones en torno al acuerdo.
MAS, dividido
La ley, que contó con el respaldo del Movimiento Al Socialismo (MAS) que lidera Morales, prevé además la renovación del Tribunal Supremo Electoral, cuyos antiguos vocales fueron destituidos y detenidos bajo la sospecha de haber manipulado el escrutinio.
Pero el punto más sobresaliente es el que cierra la puerta a la postulación de Morales, quien ejerció el poder por casi 14 años con una alta popularidad que fue menguando pese a sus logros sociales y económicos, debido a su empeño de mantenerse en el cargo aun con un referendo en contra en 2016.
Finalmente, fue el Tribunal Electoral el que le dio la oportunidad de presentarse el 20 de octubre.
Con mayoría en el Congreso, el MAS se muestra dividido en torno a Morales, quien de momento no ha avalado públicamente el proceso para superar la crisis.
«Él ha tomado la decisión de no participar en elecciones, así que nosotros por supuesto que vamos a presentar candidatos», dijo a la AFP la diputada del MAS Sonia Brito.
El expresidente, quien renunció tras perder el apoyo de los militares y la policía, consiguió la reelección en 2009 y 2014. Desde su llegada al cargo el 12 de noviembre, la exsenadora de derecha Áñez prometió elecciones en los próximos tres meses.
«Esperemos que mañana (domingo) esté promulgando la senadora que está como presidenta en transición», dijo Sergio Choque, presidente de la Cámara de Diputados.
Morales en teoría podría presentarse de nuevo a las urnas en 2025, cuando tendrá 66 años.
El analista Carlos Toranzo, de la Fundación Friedrich Ebert, cree que el exmandatario recibió un golpe demoledor. «La realidad ha sacado a Evo Morales», dijo el experto a la AFP, y desestimó su pronto retorno al país, con lo que en Bolivia solo le quedará «la gente fiel, que todavía va a intentar algo de radicalidad».
No a la «amnistía»
Este sábado el MAS planteó una propuesta para blindar jurídicamente a Morales y sus excolaboradores, con una prohibición explícita de detenerlos o abrirles «procesos judiciales».
Pero Áñez le salió al paso. «Todo aquel que ha cometido delitos y se ha burlado de la ley; ha cometido abusos, no tendrá amnistía de ningún tipo», afirmó.
El viernes la Fiscalía abrió un proceso contra Morales por «terrorismo y sedición», a raíz de un audio en que supuestamente se le escucha impartiendo instrucciones para cercar ciudades e interrumpir el abastecimiento de comida mediante el bloqueo de vías.
Tras dimitir, Morales partió al exilio en México denunciando un golpe de Estado, mientras sus seguidores lanzaron una contraofensiva que hundió en el caos a buena parte del país.
Además de los muertos y decenas de heridos y detenidos, las protestas impidieron el ingreso de comida y combustible a La Paz, donde de a poco se va restableciendo el abastecimiento.
El exgobernante había denunciado en días pasados los planes del gobierno de Áñez para enredarlo en un «juicio internacional» con base en un «montaje».
Este sábado los dos hijos de Morales, Evaliz y Álvaro, salieron de Bolivia y llegaron a Buenos Aires. Según el dirigente indígena, su hija estaba siendo acusada de «enriquecimiento ilícito».
Ninguno de los dos han ocupado cargos públicos y permanecían en la embajada de México en La Paz.