Las hormigas corren por las cajas transparentes de una tienda de Singapur que vende el equipo necesario para adoptar a estas criaturas de seis patas como mascotas.
En enero John Ye abrió «Just Ants», la primera tienda de la ciudad-estado dedicada a la venta de estos pequeños insectos. Convertía así una pasión a tiempo parcial en una carrera a tiempo completo.
Este singapurense de 41 años empezó a interesarse por estos insectos de seis patas después de que su cuñado le regalara algunos especímenes. Poco después dejó su empleo de vendedor de productos electrónicos para abrir el negocio.
«Altruistas, dotados de compasión»
Para él las hormigas son animales «altruistas, dotados de compasión» y de «espíritu combativo». Espera que la tienda se convierta en un santuario para otros apasionados de las hormigas.
«Deseo convertir este lugar en un sitio donde la gente pueda reunirse, compartir sus conocimientos y su experiencia en la cría de hormigas», declaró a la AFP.
La tienda vende colonias de hormigas y equipo especializado, tubos para atraparlas, platos minúsculos para la comida e incluso gusanos para alimentarlas.
El negocio tuvo que cerrar durante el confinamiento decretado a raíz de la epidemia del nuevo coronavirus, pero pudo reabrir y por el momento funciona bien.
Propone una treintena de especies, proporcionadas por otros mirmecólogos (especialistas en hormigas) o capturadas por John Ye y sus amigos en Singapur.
Atrapar a estos insectos no es nada fácil. Solo es posible durante el vuelo nupcial, cuando las nuevas reinas y los machos alados emergen en busca de pareja.
¿Mascotas?
Las reinas se colocan en tubos de ensayo donde dan a luz una colonia de hormigas obreras si han sido fecundadas.
La colección de John Ye incluye decenas de miles de hormigas merodeadoras, una especie común en Asia, en una caja.
En Singapur la comunidad de apasionados de las hormigas es pequeña, pero está creciendo. Un grupo de Facebook de aficionados por estos insectos tiene unos 4,000 miembros.
John Ye es consciente de que le queda mucho por hacer para convencer a sus compatriotas de que estos insectos pueden ser mascotas.
La mayoría de los singapurenses piensa que «no deberíamos criar hormigas (…) porque son venenosas, repugnantes, transmiten enfermedades», enumera.
Michelle Serio entró en la tienda por curiosidad: «Estoy muy intrigada, nunca había escuchado decir que las hormigas se puedan vender como mascotas», afirma, asombrada.