El cáncer de hígado primario está aumentando en todo el mundo, en gran parte debido al aumento de las infecciones por hepatitis C y la enfermedad hepática crónica.
Es difícil de tratar y mata a 750,000 personas al año en todo el mundo, lo que lo convierte en el segundo tipo de cáncer más mortal después del cáncer de pulmón.
Una nueva investigación ha demostrado, a través del primer ensayo clínico en humanos, que el actual tratamiento del cáncer del hígado mediante radioterapia dirigida administrada con la ayuda de perlas de vidrio que emiten radiación se puede aumentar al infundir microburbujas (pequeñas burbujas de gas rodeadas por una capa de lípidos) en el hígado y hacer estallar esas burbujas por ultrasonido, según publican los investigadores en la revista ‘Radiology‘.
«Este enfoque ha demostrado ser eficaz en estudios preclínicos que utilizan modelos animales de otros tumores sólidos como cáncer de vejiga, próstata y mama» –explica John Eisenbrey, profesor asociado de radiología y autor principal del estudio–.
«Este es el primer trabajo que demuestra que este enfoque es seguro y prometedor en humanos con cáncer de hígado, lo cual es muy emocionante», remarca
Tratamiento
Alrededor del 15-25% de los pacientes con enfermedad avanzada se les recomienda un tratamiento llamado radioembolización transarterial, mediante el cual se insertan perlas de vidrio radiactivo en los vasos sanguíneos del hígado, y la radiación emitida proporciona una dosis terapéutica al tumor, destruyéndolo.
Sin embargo, la medida en que la radiación puede penetrar en el tejido hepático es limitada y la respuesta del tumor depende en gran medida de la distancia a las perlas radiactivas. Al combinar microburbujas con TARE, el enfoque sinérgico reduce la dosis de radiación necesaria para destruir los vasos sanguíneos del tumor y aumenta la eficacia del tratamiento.
«Las microburbujas en sí mismas se encuentran en agentes de contraste de ultrasonido disponibles comercialmente –señala Colette Shaw, profesora asociada y radióloga intervencionista y autora clínica principal del estudio–El procedimiento para introducir las microburbujas en el tumor implica técnicas similares que se utilizan para acceder a los vasos sanguíneos».
- Cuando las microburbujas son golpeadas por la onda de ultrasonido
- comienzan a vibrar y si la onda es lo suficientemente fuerte estallan.
- La pura energía de estas diminutas explosiones causa daños físicos y químicos a los vasos sanguíneos de los tumores
- haciéndolos más sensibles a la radiación.
- Al dirigir el ultrasonido exactamente al lugar donde se encuentran los tumores
- los investigadores pueden reventar o destruir las burbujas justo donde están las perlas de radiación y lograr una sensibilización altamente localizada.
«Nuestros hallazgos realmente están preparando el escenario para una amplia gama de estudios que se realizarán en humanos –resalta el doctor Eisenbrey–. Este enfoque podría ser eficaz en el tratamiento de tumores hepáticos metastásicos, pero también de otros tipos de cáncer primario. Las burbujas mismas también pueden diseñarse para administrar quimioterapia u oxígeno a medida que estallan. Esta es realmente la punta del iceberg».