El dirigente regional conservador Armin Laschet y posible sucesor de Angela Merkel fue criticado este viernes por acusar a trabajadores rumanos y búlgaros de ser responsables de un brote de coronavirus en un matadero.
En total se detectaron más de 700 casos de COVID-19 en un gran matadero que dirige Laschet y situado en la región de Renania del Norte-Westfalia.
Cuando le preguntaron el miércoles sobre el brote, Laschet dijo: «No es importante porque los rumanos y los búlgaros volvieron a su país y es de allí de donde viene el virus».
Los mataderos alemanes, donde hubo varios brotes de coronavirus, emplean a numerosos trabajadores de Europa central y del este.
Las palabras de Laschet, candidato a la presidencia del partido conservador CDU en diciembre próximo y, en caso de victoria, a la cancillería en 2021, provocaron numerosas críticas.
El ministro socialdemócrata de Exteriores, Heiko Maas, pidió a Laschet disculparse durante una visita a Sofía el jueves por sus palabras «muy peligrosas».
Por su parte, el sindicato de trabajadores de la alimentación y del sector de restaurantes calificó las declaraciones de «discriminatorias paras las personas que aseguran el suministro de carne» en su región.
El político conservador finalmente rectificó sus palabras. «Está prohibido culpar por el virus a personas del origen que sean», explicó, y prometió incluso «mejoras sustanciales» de las condiciones de trabajo de estos trabajadores extranjeros.