Un Pissarro reaparece en el museo Marmottan de París

«Recogiendo guisantes», una pintura al gouache elaborada en 1887 por Camille Pissarro, el «primer impresionista», era uno de los 93 cuadros de la colección de Simon Bauer.

Este gran aficionado al arte, nacido en 1862, hizo fortuna en el sector del calzado. Empezó como botones en una tienda y ascendió todos los escalones hasta convertirse en empresario y revender su negocio a los 40 años. Entonces se dedicó a pasar el tiempo «viajando por el mundo entero» para «cultivarse», él que no había estudiado, cuenta su nieto, Jean Jacques Bauer, de 87 años.

Simon Bauer fue internado en el verano de 1944 en el campo de concentración de Dracy, en la región parisina, y consiguió escapar a la deportación y la exterminación gracias a una huelga ferroviaria.

Un año antes, su colección fue confiscada y vendida por un mercante de cuadros nombrado por el Comisariado de Cuestiones Judías del régimen de Vichy.

Cuando fue liberado en septiembre de 1944, Simon Bauer comenzó a buscar sus cuadros. Sin embargo, a su muerte en 1947, solo había conseguido recuperar una pequeña parte de la colección. Entonces, sus descendientes continuaron con esta búsqueda.

Su nieto Jean-Jacques Bauer supo recientemente que la obra «Recogiendo guisantes» está expuesta en el museo Marmottan con motivo de la retrospectiva consagrada a Pissarro.

El lienzo ha sido prestado al museo parisino por una pareja estadounidense, los Toll, que lo compraron en 1995 en la casa Christie’s de Nueva York.

– Vendido en Sotheby’s en 1966 –

Los descendientes de Simon Bauer le perdieron la huella hace 50 años. En 1965, supieron por el editor de la revista de arte Oeil, Georges Bernier, que dos lienzos, entre ellos «Recogiendo guisantes», fueron vendidos de contrabando. Pusieron el caso en manos de la justicia pero el juez ordenó la apropiación y el mercante norteamericano que acababa de comprarlos, pudo irse con ellos. Más tarde, en 1966 fueron vendidos por la casa Sotheby’s en Londres.

El viernes, Jean Jacques Bauer solicitó al Tribunal de Alta Instancia de París que la obra sea colocada bajo depósito para, seguidamente, iniciar un proceso para que la propiedad de la obra sea zanjada.

Mientras tanto «es necesario que este cuadro se quede en Francia», estimó su abogado, Cédric Fischer, cuyo bisabuelo fue consejero de Simon Bauer. En esta «situación histórica, factual y jurídicamente complicada», «es necesario que el juez francés pueda decidir con total serenidad, sin precipitación», añadió.

Por su parte, el matrimonio Toll se opone al bloqueo de la obra. La justicia se pronunciará el 30 de mayo. Mecenas del museo de la Shoah en Washington y del museo de Tel Aviv «ignoraban totalmente» que el lienzo hubiera sido expoliado y citan su buena fe, explicó su abogado Ron Soffer.

Respecto al museo Marmottan, está de acuerdo con mantener en depósito la obra hasta el final de la exposición, prevista para el 2 de julio, según el abogado del museo, Eric Andrieu.

Para reivindicar la propiedad de la obra, los Bauer se apoyan en una ordenanza de 1945 que declara nulos los actos de expoliación, señaló su abogado.

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