Un padre que se disponía a enterrar a su hija, nacida muerta, encontró por casualidad a una recién nacida enterrada viva, informaron fuentes policiales y médicas indias, subrayando el drama de los infanticidios de niñas en este país asiático.
La bebé fue encontrada el pasado jueves por un comerciante en la región de Uttar Pradesh, al norte. El hombre excavaba una tumba para su hija, que había nacido muerta la víspera, cuando la pala que estaba usando chocó con un recipiente de tierra enterrado.
«Cuando vio que dentro había un bebé, la socorrió de inmediato», declararon fuentes de la policía local.
«Durante unos segundos pensé que era mi hija que había vuelto a la vida. Pero luego me di cuenta de que el llanto venía del recipiente de tierra enterrado», explicó el hombre.
La bebé «está bien», indicó este miércoles uno de sus médicos, en tanto la policía inició una investigación para encontrar a sus padres.
Ravi Khanna, uno de los médicos que trata a la niña, indicó que la paciente está «fuera de peligro» y ha aumentado de peso de manera significativa.
«Está bien, responde a la medicación y se alimenta», destacó.
La policía rastrilla las aldeas cercanas para detectar casos de reciente maternidad y echar mano a los padres. «Se abrió una investigación por intento de asesinato, y poner en peligro la vida de la niña por padres desconocidos», declaró Pradeep Singh, quien dirige el procedimiento policial.
En India se considera a las niñas como una carga financiera para la familia –entre otras cosas por las dotes que deben entregar a los padres del joven que se case con sus hijas–, mientras que los varones son vistos como una especie de inversión familiar.
El país asiático ha aprobado leyes duras para paliar estas prácticas. Desde 1994, los médicos tienen prohibido comunicar a los padres el sexo de su futuro bebé, pero hay familias que recurren a otros métodos para saberlo y recurren al aborto si se sabe que esperan una niña.
Un estudio publicado por la revista científica The Lancet en 2011 concluyó que en las tres décadas precedentes en India se habían practicado 12 millones de abortos de fetos femeninos.