Un alemán de 26 años, envenenado en 2016 por un colega condenado después a cadena perpetua, murió luego de permanecer tres años en estado de coma, afirmó el viernes el tribunal regional de Bielefeld.
La víctima se encontraba en estado vegetativo desde 2016. Trabajaba en una fábrica y comió un sándwich que un colega contaminó con un polvo mezcla de plomo, mercurio y cadmio.
Afectado de lesiones cerebrales graves e irreversibles, falleció finalmente, anunció a la AFP un portavoz del tribunal de Bielefeld (Renania del Norte Westfalia).
El autor del envenenamiento, de 57 años, fue sorprendido en flagrante delito de envenenamiento de otras comidas de colegas y condenado en 2019 a cadena perpetua.
El autor apeló la sentencia. Al parecer, envenenó los alimentos y bebidas de sus colegas para estudiar, «a la manera de un científico», los efectos de estos elementos químicos en el cuerpo humano, informaron los medios de comunicación alemanes, citando entrevistas en prisión con psicólogos.
El joven envenenado se quejó al principio de entumecimiento en los dedos y decía sentir una intensa fatiga, luego no podía caminar y después entró en coma.