Un exjuez, Marco Antonio Villeda, llega a ministro de Gobernación

  • Sin experiencia en el campo político o administrativo, el nuevo titular de la cartera del Interior tiene por delante un trabajo arduo para recobrar credibilidad.
  • Llega al conflictivo cargo en medio de la peor crisis política que ha enfrentado la administración de Bernardo Arévalo.

En medio de la crisis más grave que ha enfrentado el gobierno de Bernardo Arévalo, provocada por la fuga de 20 reos del penal de Fraijanes II y las denuncias internas de corrupción en el Ministerio de Gobernación, el mandatario nombró este viernes al abogado Marco Antonio Villeda Sandoval como nuevo titular de la cartera del Interior.

Villeda es un abogado y notario con larga trayectoria judicial, pero sin experiencia previa en el ámbito político o administrativo. Durante más de tres décadas ha trabajado dentro del Organismo Judicial, desempeñando distintos cargos en tribunales y salas de apelaciones. Su nombre es conocido en el sector jurídico por su paso como juez de Extinción de Dominio y como magistrado de la Sala de Mayor Riesgo, además de haber integrado misiones internacionales de justicia en Honduras, en el marco de la lucha contra la corrupción y el crimen organizado.

Aunque su formación es sólida —posee una maestría en Derecho Penal y estudios de doctorado en Ciencias Políticas y Sociología—, su perfil técnico plantea un desafío particular: Villeda llega sin experiencia en la gestión pública, en un momento donde el país demanda decisiones rápidas y autoridad firme sobre una cartera convulsionada por crisis internas y pérdida de credibilidad.

Una designación en medio del caos

El nombramiento ocurre tras la renuncia de Francisco Jiménez y de toda la cúpula de viceministros, luego de los sucesos que evidenciaron graves fallas en el sistema penitenciario. La fuga masiva de pandilleros del Barrio 18, un hecho sin precedentes recientes, dejó al descubierto la fragilidad de los controles internos y la descoordinación institucional.

Para agravar la situación, uno de los exviceministros que renunciaron, Rolando Portillo, salió tras denunciar ante el Ministerio Público (MP), una serie de hechos de corrupción –que no se han divulgado con precisión hasta el momento–, que llegarían hasta la cúpula anterior del ministerio. Arévalo aceptó la renuncia del ministro y dos de sus viceministros, pero no calmó el clamor popular.

Fuentes consultadas por coinciden en que el nuevo ministro asume una cartera “en crisis”, donde deberá reconstruir la confianza en la Policía Nacional Civil, el sistema penitenciario en su totalidad, revisar los mandos intermedios y fortalecer los mecanismos de inteligencia, mientras enfrenta presiones políticas y mediáticas.

Desafíos inmediatos

Villeda Sandoval tendrá que moverse en terreno minado. Por un lado, debe restaurar el control del sistema penitenciario, con protocolos más estrictos y menos vulnerables a la corrupción interna. Por otro, deberá coordinar acciones de seguridad ciudadana que devuelvan confianza a la población sin caer en abusos o excesos policiales.

Además, le tocará a él aclarar los señalamientos de corrpción denunciados por Portillo y, eventualmente, iniciar procesos contra quienes puedan resultar implicados. También debe aclarar lo sucedido con la fuga de los 20 reos, hasta ahora envuelta en misterio, aunque retazos de información hay trascendido a la prensa.

Además, enfrentará una tarea política delicada: mantener el equilibrio entre el poder civil y los cuerpos de seguridad, en un contexto donde las pugnas internas entre el Ejecutivo y el Ministerio Público se han agudizado.

Expertos en seguridad consideran que su perfil de jurista podría favorecer una gestión apegada al Estado de derecho, pero advierten que su falta de experiencia política podría dificultar su gestión en un momento crítico para esa cartera y el Gobierno en general.

Un juez entre políticos

La llegada de Villeda al gabinete de Arévalo se interpreta como un intento de marcar distancia con los nombramientos de corte político y enviar un mensaje de “técnica y legalidad” en la conducción del Ministerio. Sin embargo, los retos que enfrentará superan con creces el ámbito jurídico.

La inseguridad, la falta de confianza en la Policía, la corrupción en los centros penales y la necesidad de reformar el sistema de inteligencia del Estado son parte del enorme paquete que recibe. No bastará con aplicar la ley: deberá construir autoridad, inspirar respeto dentro de las filas policiales y lograr coordinación con otras instituciones del Estado, algo que en Guatemala pocas veces ha sucedido con éxito.

Se especula que el presidente consideró varias opciones, pero algunba o varias de sus propuestas fueron rechazadas, precisamente por la dificultad que se avisora para el nuevo titular del Interior.

Expectativas y cautela

La ciudadanía espera resultados rápidos, pero las condiciones no son favorables. Villeda Sandoval asume en un contexto de desgaste político del gobierno, con protestas recientes por la gestión de la crisis penitenciaria y crecientes críticas desde la oposición.

Su carrera judicial le otorga credibilidad y conocimiento del sistema, pero gobernar el Ministerio de Gobernación es otra historia. Allí, las decisiones se miden no solo por su legalidad, sino por su impacto inmediato en la seguridad de la gente.

El reto, en suma, será convertir su experiencia como juez en capacidad de mando, en un entorno donde cada error puede costar caro.