Bulgaria fue sancionada con un partido a puerta cerrada, un segundo con pena en suspenso y 85 mil euros de multa tras los incidentes racistas ocurridos el pasado 14 de octubre durante un encuentro contra Inglaterra, clasificatorio para la Eurocopa-2020, y que generó indignación en Reino Unido, anunció la UEFA este martes.
La comisión de disciplina de la UEFA también impuso a la Federación Búlgara (BFU) una multa de 75 mil euros por racismo y otra de 10 mil euros por las perturbaciones de sus aficionados durante los himnos.
La BFU explicó en un comunicado que si evitó «sanciones más duras» fue «gracias al enorme trabajo de su administración y de sus asesores jurídicos» así como gracias a sus esfuerzos «permanentes para luchar contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia» en los estadios.
De su lado, la Federación Inglesa (FA), que «toma nota» de esta decisión, señaló en un comunicado que sigue existiendo «un enorme desafío en torno al racismo y la discriminación en la sociedad».
De esta manera, Bulgaria, última del grupo A, recibirá a República Checa con el estadio vacío el 17 de noviembre, en el último duelo de la fase de clasificación para la Eurocopa-2020.
Durante un periodo de dos años podrá ser sancionada con un segundo enfrentamiento a puerta cerrada, precisó la UEFA.
El organismo europeo también multó con 5 mil euros a la Federación Inglesa por el comportamiento de sus aficionados durante los himnos.
Al día siguiente del partido, el 15 de octubre, se abrió un procedimiento por «comportamiento racista», a causa de «cánticos y saludos nazis» realizados por una parte del público búlgaro en el partido que Inglaterra ganó 6-0 en Sofía.
Una parte del público presente en el estadio Vassil Levski de la capital búlgara la emprendió verbalmente con los jugadores negros de la selección inglesa. El partido tuvo que interrumpirse en dos ocasiones.
Doble sanción financiera
Según una fuente cercana a la instancia, a «Bulgaria le afecta al bolsillo» esta sanción «porque disputar un partido a domicilio a puerta cerrada implica dejar de ganar más de 200 mil euros».
Si a eso se le añade la multa total de 85 mil euros, «la sanción financiera es dura para una federación que dispone de un presupuesto de 9 millones de euros», añade esta fuente, que recuerda que el presupuesto de la FA es superior a los 400 millones de euros.
Ante la indignación general, el presidente de la Federación Búlgara había anunciado su dimisión.
El seleccionador búlgaro, Krasimir Balakov, se disculpó con los jugadores ingleses y posteriormente fue sustituido por Georgy Dermendzhiev.
El presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, había asegurado que la instancia estaba «decidida a hacer todo lo posible para eliminar» el racismo del fútbol, señalando que sus sanciones estaban «entre las más severas».
Para una federación, la sanción «mínima» en caso de un acto racista es un partido a puerta cerrada parcial o total.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se mostró a favor de una prohibición mundial en los estadios para los espectadores culpables de actos racistas.