Ucrania realiza sorpresiva incursión en territorio ruso

  • El mandatario de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, justificó la inesperada operación militar llevada a cabo por fuerzas ucranianas en territorio ruso.

Voz de América

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, defendió la sorpresiva incursión de su país en la región de Kursk, en el noreste de Rusia. “Rusia trajo la guerra a otros. Ahora está volviendo a casa”, señaló el presidente Zelenskyy en un video publicado en la plataforma de Telegram.

En su discurso televisado nocturno, Zelenskyy describió la incursión como un problema de seguridad nacional y explicó que las fuerzas rusas habían lanzado numerosos ataques desde Kursk en la región de Sumy, en el noreste de Ucrania, que limita con Kursk.

Un vehículo militar ucraniano avanza desde la dirección de la frontera con Rusia transportando a hombres con los ojos vendados y uniformes militares rusos, en la región de Sumy, el 13 de agosto de 2024, en medio de la invasión rusa de Ucrania.
Un vehículo militar ucraniano avanza desde la dirección de la frontera con Rusia transportando a hombres con los ojos vendados y uniformes militares rusos, en la región de Sumy, el 13 de agosto de 2024, en medio de la invasión rusa de Ucrania.

El jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyi, informó el lunes en un video publicado en el canal de Telegram de Zelenskyy que Kiev controla unos 1.000 kilómetros cuadrados de la región de Kursk.

La operación ucraniana y se está llevando a cabo bajo estricto secreto, especialmente si las fuerzas de Kiev pretenden mantener el territorio o están realizando incursiones relámpago. Los objetivossiguen sin estar claros.

El gobierno de Kiev, incluido el presidente Zelenskyy, ha dicho poco directamente sobre el ataque que comenzó el 6 de agosto, cuando las fuerzas ucranianas entraron rápidamente en la ciudad de Sudzha, ubicada a unos 10 kilómetros al otro lado de la frontera. Según se informa, aún controlan la parte occidental de la ciudad, donde se encuentra una importante estación de tránsito de gas natural.

Durante una reunión televisada el lunes por la mañana entre el presidente ruso Vladimir Putin y sus principales funcionarios de seguridad y gobernadores regionales, el gobernador interino de Kursk, Alexei Smirnov, señaló que las fuerzas ucranianas habían avanzado al menos 12 kilómetros en Kursk, habían establecido un frente de 40 kilómetros de largo, y habían capturado alrededor de 28 aldeas.

Vehículos militares blindados ucranianos avanzan desde la dirección de la frontera con Rusia, en la región de Sumy, el 13 de agosto de 2024.
Vehículos militares blindados ucranianos avanzan desde la dirección de la frontera con Rusia, en la región de Sumy, el 13 de agosto de 2024.

Smirnov informó que 12 civiles habían muerto y otros 121 resultaron heridos. Además, 121.000 personas han evacuado la zona y se ha ordenado a otras 59.000 que también lo hagan.

El gobernador de la región de Belgorod, adyacente a Kursk, anunció la evacuación de personas de un distrito cercano a la frontera con Ucrania.

El presidente Putin calificó la incursión ucraniana como una “provocación” y ordenó a los militares expulsar a las fuerzas ucranianas de Rusia.

Según Putin, la incursión es un intento de desviar la atención de la ofensiva de Moscú en la región del Donbass, en el este de Ucrania, y finalmente obtener una mejor posición negociadora para poner fin a la guerra de dos años y medio.

Putin afirmó que Kiev, al atacar el suroeste de Rusia, ha intentado desestabilizar la vida en el país, pero fracasó en su objetivo. Indicó un aumento en el número de voluntarios que se unen al ejército ruso y prometió que Rusia alcanzará sus metas militares.

La incursión ucraniana es el mayor ataque en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial.

Washington, el principal partidario de Kiev, respondió con duras advertencias a Moscú sobre el uso de municiones iraníes en el conflicto, pero dijo poco cuando se le preguntó si las fuerzas ucranianas podrían estar utilizando armas suministradas por Estados Unidos para atacar a Rusia.

«Seguimos hablando con nuestros homólogos ucranianos sobre estas operaciones», comentó John Kirby, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, cuando los periodistas le preguntaron el lunes.

El portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, apuntó: «Como nosotros y nuestros socios hemos dejado claro -tanto en el G7 como en la cumbre de la OTAN este verano- juntos estamos preparados para dar una respuesta rápida y severa si Irán siguiera adelante con la transferencia de misiles balísticos, lo que, en nuestra opinión, representaría una dramática escalada en el apoyo de Irán a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania».

«Los funcionarios iraníes también siguen negando el suministro de vehículos aéreos no tripulados a Rusia cuando la evidencia es evidente para el mundo», agregó Patel.

El ataque, que tomó por sorpresa a las fuerzas del Kremlin, se produjo mientras Rusia seguía intentando ganar terreno en el este de Ucrania.

La incursión ucraniana supuso un duro golpe para los esfuerzos de Putin por aparentar que la vida en Rusia no se ha visto afectada en gran medida por la guerra. La propaganda estatal ha tratado de restarle importancia al ataque, haciendo hincapié en los esfuerzos de las autoridades por ayudar a los residentes de la región y tratando de distraer la atención del fracaso de los militares a la hora de prepararse para el ataque y repelerlo rápidamente.

Los habitantes de Kursk grabaron videos en los que lamentaban haber tenido que huir de la zona fronteriza, dejando atrás sus pertenencias, y pidiendo ayuda a Putin. Pero los medios de comunicación rusos controlados por el Estado mantuvieron un estricto secreto sobre cualquier expresión de descontento.

No obstante, el general retirado Andrei Gurulev, miembro de la cámara baja del parlamento ruso, criticó a los militares por no proteger adecuadamente la frontera.

Señaló que, si bien los militares habían colocado campos minados en la región fronteriza, no habían desplegado suficientes tropas para bloquear las incursiones enemigas.

«Lamentablemente, el grupo de fuerzas que protege la frontera no tenía sus propios activos de inteligencia», escribió en su canal de la aplicación de mensajería. «A nadie le gusta ver la verdad en los informes. Todo el mundo sólo quiere oír que todo está bien».

Los analistas plantean que la medida de Ucrania es una sorpresa y la ven como una táctica para desgastar a Moscú.

“Creo que los ucranianos querían llevar la guerra a los rusos, decirles a los rusos que no, no son inmunes a esta guerra”, dijo Charles Kupchan, miembro de alto rango del Consejo de Relaciones Exteriores. “Lo van a sentir día a día”.

Los analistas observan con atención la respuesta de Putin y temen que pueda usar esto como excusa para atacar a una nación de la OTAN que tiene frontera con Rusia.

“Putin ahora tiene algo en la mano”, advirtió Leon Aron, miembro de alto rango del American Enterprise Institute. “Tiene pruebas de que los ucranianos, armados –y según él, entrenados e incitados– por Occidente, están atacando la propia Rusia. La verdadera pregunta es cómo va a reaccionar y cómo explicará a los rusos que esto sucedió sin que él haya hecho nada al respecto. Creo que sí, van a ser días bastante peligrosos”.

El avance de Ucrania en territorio ruso «está desafiando los supuestos operativos y estratégicos» de las fuerzas del Kremlin, según una evaluación realizada el domingo por el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington.

El informe describió a las fuerzas rusas que respondieron a la incursión como «reunidas apresuradamente y dispares».

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