Turquía ya no es desde este jueves miembro del Convenio de Estambul, el texto elaborado en el marco del Consejo de Europa para combatir la violencia contra las mujeres, tres meses después de que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, adelantase una ruptura que ha generado críticas tanto de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos como de gran parte de la comunidad internacional.
El convenio integra a más de una treintena de países y llegó a ser firmado por el propio Erdogan en 2011, cuando ejercía como primer ministro. Turquía considera ahora que contraviene los principios y valores propios de la nación euroasiática, aludiendo incluso a una supuesta «herejía» o a que promovería la homosexualidad.
Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros actores internacionales, lamentaron el paso atrás de Erdogan, que se ha esforzado por argumentar que esta ruptura no implica ningún retroceso para las mujeres en materia de derechos y libertades. Así, ha hecho caso omiso a las críticas y, por primera vez, un Estado miembro del Consejo de Europa se ha desvinculado de un convenio internacional de Derechos Humanos.
Violencia machista
Todo ello en un contexto marcado por la persistente violencia machista en Turquía, donde al menos 300 mujeres murieron asesinadas en el último año, según datos recabados por Amnistía Internacional, que ve «vergonzoso» el paso de Erdogan y teme el «mayor peligro» que acarrea para millones de mujeres y niñas.
La secretaria general de la ONG, Agnes Callamard, lamenta que «Turquía ha atrasado el reloj 10 años en lo relativo a los derechos de las mujeres y ha sentado un precedente aterrador». «La retirada transmite a quienes cometen abusos, mutilan y matan un mensaje temerario y peligroso: que pueden seguir haciéndolo con impunidad«, añade en un comunicado.
El Convenio de Estambul gira en torno a cuatro ejes –prevención, protección, enjuiciamiento penal y coordinación de políticas– y ha servido como base para la mejora legislativa en los países que se han adherido a él. El último de ellos, el número 34, ha sido Liechtenstein.
«Alarmante ofensiva»
Amnistía cree que este acuerdo está siendo objeto de una «alarmante ofensiva» en muchas partes de Europa y, para Callamard, «la retirada hoy de Turquía es la punta de un peligroso iceberg contra los Derechos humanos». Sin embargo, también quiere sacar el lado bueno: «Ha movilizado a activistas de todo el mundo para defender los derechos de las mujeres y de las personas LGBTI+».
«Las mujeres de Turquía y de otros países hablan del convenio más que nunca y salen a las calles para defender lo que representa», señala, si bien precisamente en el caso turco esta movilización ha derivado en numerosos casos en represión por parte de las fuerzas de seguridad. El 26 de junio, durante la marcha del Orgullo en Estambul, prohibida por sexto año consecutivo, casi medio centenar de personas fueron detenidas.