El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitaba este martes el estado de Texas, devastado por inundaciones provocadas por la tormenta Harvey, decidido a dar un mensaje de solidaridad y liderazgo ante la catástrofe, mientras la costa del Golfo se preparaba para más lluvias torrenciales.
Trump, que enfrenta el primer desastre natural de su polémica presidencia, llegó con su esposa Melania a la ciudad de Corpus Christi, que recibió la furia de Harvey cuando tocó tierra el viernes como un huracán categoría cuatro, desatando un diluvio sin precedentes, según los expertos.
La pareja presidencial también prevé viajar a la capital Austin. Pero no se espera que Trump visita Houston, que permanece en buena parte bajo agua, para no perturbar las tareas de rescate, según informó la Casa Blanca.
Trump, que prometió todo el apoyo del gobierno federal a Texas en el «largo y difícil camino de la recuperación», está siendo informado sobre los esfuerzos de socorro en el segundo estado más grande del país, donde unas 8.000 personas han sido llevadas a refugios de emergencia y cientos aún esperan a ser rescatados de las aguas crecidas.
«Somos ‘Trumponitas’ (fanáticos de Trump). Confiamos en que nos cuidará», dijo Darla Fitzgerald, una enfermera de 58 años que estaba en un refugio de la Cruz Roja en Winnie, una ciudad al este de Houston donde llovía con fuerza el martes.
Ray Henrichson, una voluntaria de 74 años, se mostró igualmente optimista sobre la visita del presidente.
«Es muy bueno que ya haya firmado decretos (de catástrofe y de emergencia) para que estas personas puedan obtener ayuda de inmediato», afirmó Henrichson, contenta de saber que probablemente el mandatario ya pudo observar desde el aire la magnitud del desastre.
– «¡¡SALGA AHORA!!» –
Harvey deja al menos tres muertes confirmadas y seis más «potencialmente ligadas» a la tormenta. Las autoridades esperan albergar a un total de 30.000 personas en refugios, y estiman que unos 450.000 pedirán asistencia al gobierno federal.
La zona más afectada es Houston, cuarta metrópoli del país con 2,3 millones de habitantes, seis millones en el área metropolitana, y capital de la industria petrolera estadounidense, que seguía perturbada por la suspensión de actividad de las refinerías, aunque los inversores afirmaron contar con reservas de crudo suficientes.
Socorristas proseguían el martes las tareas de rescate, y las autoridades urgían a abandonar zonas de peligro, como el área de Columbia Lakes, al sur de la ciudad, donde se emitió una orden de evacuación inmediata tras la rotura de un dique.
«¡¡SALGA AHORA!!», tuitearon los responsables del condado de Brazoria.
«Esta zona ha estado bajo orden de evacuación obligatoria durante los últimos días. Pero algunas personas no prestaron atención a las advertencias», dijo la portavoz Sharon Trower.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército decidió abrir las compuertas de dos represas en riesgo de desborde para evitar una catástrofe en la periferia de Houston.
– «Esto no ha acabado» –
Andrea Aviles, de 16 de años, dejó su hogar con su familia y ahora aguarda en Winnie con una treintena de familiares de origen mexicano que pase la tormenta, albergada en el hotel donde trabaja su madre.
Las clases debían comenzar el lunes, pero toda su vida está patas arriba por Harvey. «Nunca había visto algo así», aseguró a AFP.
A Latitia Rodriguez la rescató la policía del condado de Williamson junto a su marido, hijos y nietos. Fueron en bote por la anegada Ruta 90. «Teníamos que salvar a nuestros bebés», afirmó.
«Estamos aún en gran parte en la fase de emergencia, donde salvar vidas y garantizar la seguridad de los habitantes es una prioridad», dijo en una teleconferencia un alto funcionario de la Agencia federal de gestión de emergencias (FEMA).
Pero la lluvia sigue siendo una «amenaza mayor», dijo a la AFP Dennis Feltgen, un portavoz del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.
«Esto no ha acabado», advirtió, y calificó la situación de «catastrófica».
– Nueva Orleans se prepara –
Con el vecino estado de Luisiana ahora también en su camino, Harvey, degradado a tormenta tropical, se desplaza hacia el este y se espera que toque tierra nuevamente en la noche de este martes o en la madrugada del miércoles.
Nueva Orleans, que este martes recuerda el 12º aniversario del devastador huracán Katrina que dejó 1.800 muertos, se preparaba para lluvias fuertes e inundaciones repentinas en los próximos dos días.
La famosa ciudad del jazz y el carnaval es particularmente vulnerable porque tiene zonas construidas bajo el nivel del mar y ya sufrió otra inundación grande a comienzos de este mes, que se complicó por fallas en su sistema de drenaje.
«Hay algunas predicciones de hasta 10 pulgadas (unos 250 mm) de lluvia en las próximas 36 horas para Nueva Orleans. No sería nada sorprendente si termina siendo más que eso», dijo a la AFP el meteorólogo Eric Holthaus.
Houston puede esperar de 25 mm a 50 mm más de lluvia mientras la tormenta se aleja, pero las inundaciones podrían persistir hasta el final de la semana, añadió