Donald Trump temió que la investigación sobre la trama rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 acabara con su presidencia e intentó destituir al fiscal especial Robert Mueller a cargo de esas pesquisas, reveló el informe sobre el caso publicado este jueves.
El informe de 400 páginas que tuvo en ascuas a Estados Unidos sustentó las afirmaciones de Trump de que nunca hubo connivencia entre su equipo de campaña y Rusia para influir en las elecciones de 2016 a su favor.
El fiscal general, Bill Barr, dijo en una rueda de prensa que “la investigación no estableció que miembros de la campaña conspiraran o estuvieran coordinados con el gobierno ruso en sus actividades de interferencia en las elecciones”. Y Trump mismo destacó más tarde en Twitter que la «votación no fue afectada» por los esfuerzos de Moscú.
Sin embargo, el reporte proyectó una imagen poco favorecedora de Trump revelando que cuando estalló el escándalo quiso destituir a Mueller, después de que la prensa publicara que estaba bajo investigación por obstrucción a la justicia.
Según el texto, el 17 de junio del 2017 Trump llamó su asesor Don McGahn y le dijo que “llamara al fiscal general subrogante y que le dijera que el procurador especial tenía conflictos de intereses y que debía ser destituido”. Sus propios abogados se opusieron.
Poco después de que se divulgara el informe, Trump cantó victoria y dijo: “Hoy tengo un buen día”.
“Game Over” (Se acabó el juego), tuiteó el presidente con una imagen en la que aparece de espaldas rodeado de niebla, imitando el estilo de la popular serie Game of Thrones.
El informe llega al panorama político en un momento en que Estados Unidos ya está volcado hacia la campaña presidencial de 2020.
Trump se defendió de las críticas después de las revelaciones de que había querido despedir a Mueller afirmando que “podría haber destituido a todos, incluyendo a Mueller, si hubiera querido”.
“Yo elegí no hacerlo”, dijo Trump también en Twitter.
Dudas sobre la obstrucción a la justicia
La revelación de estas presiones puso en relieve el hecho de que el informe sobre la investigación que duró casi dos años y que incluyó entrevistas realizadas por el equipo de Mueller al círculo de Trump, no exoneró completamente al presidente estadounidense de las acusaciones de obstrucción a la justicia.
“Basándonos en los hechos y en los estándares legales aplicables”, no se puede llegar a la conclusión de que el presidente no haya cometido obstrucción a la justicia, indicó el informe Mueller.
“Si tuviéramos la confianza, después de una investigación sobre los hechos, de que el presidente claramente no cometió obstrucción a la justicia, así lo afirmaríamos”, añadió el informe.
Pese a que no hubo indicios de que hubiera estadounidenses involucrados en la interferencia de los rusos, el informe reveló que el círculo de Trump estaba contento con la posibilidad de hacerse con un poco de ventaja frente a su rival demócrata Hillary Clinton.
El informe Mueller ha agitado los círculos políticos de Washington y proyectado una sombra sobre los dos primeros años de la presidencia de Trump.
El presidente reiteró que la investigación era una caza de brujas, mientras los demócratas atizaban durante ese tiempo las sospechas de que se hubiera producido una colusión entre un presidente estadounidense y agentes rusos.
“Es el final de mi presidencia”
El informe muestra a Trump reaccionando con nervios al escándalo en el 2017.
“¡Dios mío! Esto es terrible. Es el final de mi presidencia. Estoy jodido”, dijo cuando el entonces fiscal general Jeff Sessions le informó que Mueller, exdirector del FBI, había sido nombrado para conducir las pesquisas, según el informe.
Barr afirmó que Trump no actuó para frustrar las pesquisas, pese a que “hay pruebas sustanciales que muestran que el presidente estaba frustrado y enojado por la convicción de que la investigación estaba lastrando su presidencia”.
Según el fiscal general, la Casa Blanca cooperó y no emprendió ninguna acción que privara al fiscal especial de documentos.
Exigencias demócratas
Barr señaló que los abogados del presidente estadounidense tuvieron acceso a una versión editada del informe del fiscal Mueller antes de su publicación y que la Casa Blanca no hizo ningún cambio en el informe del fiscal ni tampoco ejerció el privilegio del ejecutivo de proteger información.
La publicación del informe no aclarará seguramente todas las dudas, debido a que fragmentos están tachados para proteger fuentes de inteligencia o investigaciones en curso.
Los líderes demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, consideraron que el informe ofrece “una imagen perturbadora de un presidente que ha tejido una red de engaño, mentiras y comportamiento inapropiado, actuando como si la ley no se aplicara a él”.
“Es necesario que el resto del informe y los documentos relacionados sean puestos a disposición del Congreso y que el fiscal especial Mueller testifique ante ambas cámaras lo antes posible”, dijeron.
El legislador Jerrold Nadler, presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes, fijó el 23 de mayo como fecha límite para que Mueller testifique ante los congresistas sobre sus hallazgos.