El presidente electo de Estados Unidos ha empezado a proyectar su imagen que quiere ver reflejada a partir del 20 de enero de 2017. Desde que brindó su discurso como ganador ha empezado a estabilizar su imagen, pero mantiene los planes torales de sus promesas electorales.
Trump, el magnate que se ganó el derecho de estar en la Casa Blanca sin haber sido funcionario público, ha cambiado de manera gradual (más no radical) el tono de su discurso que fue duramente criticado por medios de comunicación y sus opositores. Acá repasamos su primera entrevista a CBS ya como mandatario electo.
El discurso que cambió en una semana
El magnate sepultó sus críticas hacia los Clinton luego de haber arremetido contra ellos en campaña. Tras la llamada durante la madrugada del 9 de noviembre, cuando Clinton le reconoció la victoria, Trump enfatizó en las virtudes de su contrincante y no la atacó. El magnate dijo ayer que no quería hacerle daño a los Clinton porque son gente buena, con lo cual se distancia de su intención de encarcelar a la exsecretaria de Estado.
A Obama, que lo había criticado por el asunto de su supuesta falsa nacionalidad, también le hizo halagos luego de su reunión. Y sobre temas polémicos como el aborto y el matrimonio igualitario, el Presidente electo dejó puerta abierta para que los estados puedan elegir qué hacer con la interrupción del embarazo y, que ante la unión entre personas del mismo sexo no quiso emitir opinión, a pesar de que puede nominar a al menos un juez para el Tribunal Supremo, el cual tiene en sus manos derogar o no la normativa aprobada en 2015.
El programa de reforma sanitaria del presidente Obama será derogado, pero no en su totalidad, contrario a lo que dijo hace unas semanas. Será mejor atención sanitaria, mucho mejor y por menos dinero, indicó. Trump también se distanció del discurso que propicia ataques xenófobos o racistas. Les diría ‘no lo hagan. Es terrible. Voy a unir al país’
Los leves (y confusos) cambios, sin alterar la esencia
Con relación al tema de inmigración, el casi funcionario prometió que deportará o encarcelará a tres millones de indocumentados, pero solo los que tengan antecedentes criminales y que con los demás (en total son más de 11 millones) decidirá qué acciones tomar más adelante. Sobre el controversial muro, el republicano dijo que solo construirá una valla o cerca en algunas partes de la frontera con México, su país vecino del sur.
El mandatario electo se ha rodeado de lobistas en su equipo de transición, lo que choca con su retórica en campaña contra la influencia de los grupos de interés. El presidente electo promete reducir progresivamente su influencia, pero insinúa que a corto plazo no tiene alternativa. Son toda la gente que trabaja, ese es el problema con el sistema. Vamos a limpiarlo, justifica el republicano.
Las promesas del magnate se han suavizado, pero los organismos internacionales no lo han percibido de esa manera, tanto así que la Unión Europea y la OTAN han enviado señales de alerta y dicen estar inquietos ante las propuestas del próximo inquilino de la Casa Blanca.