El presidente estadounidense, Donald Trump, sacó la alfombra roja este miércoles para recibir en la Casa Blanca al líder opositor venezolano Juan Guaidó, ante quien prometió «aplastar» a la «tiranía» del mandatario Nicolás Maduro, que en respuesta lo acusó de promover un conflicto de «alto nivel» contra Venezuela.
La reunión, que se vio opacada por la absolución de Trump en su juicio político en el Congreso, estuvo cargada de simbolismo y Guaidó fue recibido en la Casa Blanca por el propio mandatario estadounidense escoltado por la guardia de honor.
Es un importante respaldo para el opositor, a quien Washington y más de medio centenar de gobiernos reconocen como mandatario interino, y que además se aloja en la residencia destinada a los líderes extranjeros situada frente a la Casa Blanca y donde ahora ondea la bandera venezolana.
Tras la reunión, Guaidó publicó una foto con Trump en el Despacho Oval con la leyenda «nuestra lucha es hasta lograrlo».
«Los venezolanos reconocemos el determinado liderazgo del Presidente @realDonaldTrump y agradecemos el invaluable apoyo de todo su Gobierno», añadió luego en otro tuit.
En un breve comunicado, la Casa Blanca dijo que en el encuentro se dio una «histórica discusión sobre cómo podemos trabajar junto a nuestros aliados en la región para lograr una transición democrática en Venezuela». El acceso al encuentro en el Despacho Oval -rogramado para un poco antes de la votación por el juicio político en el Senado- fue abruptamente cancelado por el gobierno.
Guaidó también asistió en la noche del martes como invitado al discurso anual sobre el estado de la Unión en el Capitolio, durante el cual recibió una ovación de pie tanto de los republicanos como de los demócratas, en un momento de fuertes divisiones políticas en Washington.
El tratamiento a Guaidó durante la tradicional alocución presidencial en Estados Unidos generó rechazo en Caracas. El gobierno de Venezuela denunció las «violentas amenazas» de Trump, después de que el mandatario estadounidense prometiera «aplastar» la «tiranía» de Maduro.
Y el propio Maduro advirtió este miércoles que «Trump está encaminando a Estados Unidos hacia un conflicto de alto nivel contra Venezuela». «Mi mensaje de respuesta a Donald Trump es: Donald Trump no podrás con Venezuela, a Venezuela no la aplasta, ni la quiebra nadie», dijo rodeado de sus ministros.
La invitación a Guaidó es un espaldarazo que sella la gira internacional del opositor, que comenzó hace dos semanas y durante la cual se entrevistó con líderes como el presidente de Francia, Emmanuel Macron y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Con Almagro en la OEA
Después de la Casa Blanca, Guaidó visitó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la única organización financiera multilateral que lo reconoce.
«Nosotros hemos venido trabajando durante mucho tiempo listos para acompañar al presidente Guaidó el día que tenga todos los instrumentos de poder», dijo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.
Guaidó, que el jueves será recibido en la Organización de Estados Americanos (OEA) por su secretario Luis Almagro, dijo en tanto que está buscando «las herramientas y las oportunidades para desarrollar de nuevo un país».
Estos apoyos son importante cuando ha pasado más de un año desde que Guaidó se proclamó presidente interino, después de que Maduro asumiera un cuestionado segundo mandato tras irregularidades en las elecciones de 2018.
El sucesor de Hugo Chávez se mantiene en el poder, pese a las sanciones de Estados Unidos, entre ellas un embargo de facto al crudo de Venezuela que es crucial para su economía, en aguda contracción desde 2013.
Maduro ha contado con el apoyo de China y Rusia, sus principales acreedores.
Un alto funcionario del gobierno estadounidense expresó este miércoles «preocupación» por el rol de la petrolera rusa Rosneft como socio comercial de Venezuela.
«Estamos muy preocupados por el comportamiento de Rosneft», dijo el alto cargo a los periodistas bajo condición de anonimato. El canciller ruso, Serguei Lavrov, visitará Caracas esta semana.
«Fracasó» la política contra Maduro
La invitación a Guaidó también generó críticas por parte de legisladores estadounidenses que buscan que el apoyo se traduzca en beneficios migratorios para los venezolanos.
«Una invitación es fácil. Garantizar una protección TPS para quienes huyen de Venezuela requiere que Trump desafíe a su base xenófoba», dijo en Twitter la congresista Debbie Wasserman Schultz, en alusión al Estatuto de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que Estados Unidos concede a países cuyas circunstancias eximen de deportación a sus ciudadanos.
Trump impulsa una dura política migratoria, que fue la base de su campaña, mientras varios congresistas buscan impulsar leyes para proteger a los migrantes venezolanos.
El jefe de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijo que la política de Trump sobre Venezuela «fracasó».
«Si la política estuviera funcionando, Juan Guaidó no estaría en la tribuna, estaría en Venezuela, estaría sentado en el palacio presidencial», dijo el líder demócrata.
En medio de la caótica situación caracterizada por hiperinflación y una economía reducida más de la mitad en seis años, unos 4,6 millones de venezolanos han salido del país, según cifras de la ONU.