El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó este miércoles una ley que autoriza a sancionar a funcionarios chinos acusados del «encarcelamiento masivo» de miembros de la minoría musulmana uigur.
«Esta ley apunta a los autores de las violaciones de los derechos humanos y abusos como el recurso sistemático a campos de adoctrinamiento, a trabajos forzosos y a una vigilancia intrusiva para erradicar la identidad étnica y las creencias religiosas de los uigures y otras minorías en China», declaró Trump en un comunicado.
El texto había sido aprobado el 27 de mayo por una mayoría aplastante en la Cámara de Representantes, tras su exitoso paso por el Senado, unos días antes.
Se espera que la ley empeore aún más las relaciones entre Washington y Pekín, precisamente cuando el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, se entrevista este miércoles en Hawái con un veterano funcionario del Partido Comunista, Yang Jiechi, para rebajar las tensiones bilaterales.
En diciembre, durante una primera votación sobre esa ley, Pekín prometió represalias contra Washington si se aprobaba.
El texto recoge acusaciones de la administración Trump, de otros países occidentales y de organizaciones internacionales, según las cuales el gobierno chino perpetró «graves violaciones de los derechos humanos» en la provincia de Xinjiang, en el noroeste del país, al instaurar «la vigilancia y el encarcelamiento masivo de más de un millón de uigures y miembros de las etnias kazaja o kirguís o de otras minorías musulmanes».
El presidente estadounidense promulgó esa ley el mismo día en que se divulgaron extractos del controvertido libro de John Bolton, su exasesor de Seguridad Nacional.
Según Bolton, el multimillonario republicano no se ha mostrado siempre crítico con la represión china.
«En la cena de apertura de la cumbre del G20 en Osaka en junio de 2019, únicamente en presencia de los intérpretes, Xi explicó a Trump básicamente por qué construía campos de concentración en Xinjiang», escribe el exasesor en el libro que se publicará el martes.
«Según nuestro intérprete, Trump dijo que Xi tenía que seguir construyendo esos campos», añade.