Trump Jr. admite que buscó ayuda de Rusia contra Clinton

Washington, Estados Unidos | AFP | por Aldo GAMBOA

El hijo mayor del presidente estadounidense Donald Trump divulgó este martes correos electrónicos en los que aceptó reunirse con una abogada rusa que podía aportar datos comprometedores sobre la candidata demócrata, Hillary Clinton, en plena campaña electoral de 2016.

La explosiva revelación constituye un capítulo más en el interminable escándalo sobre el papel de Rusia en las elecciones presidenciales del año pasado, y que persiste como una pesada nube negra sobre la Casa Blanca.

Ante ese gesto, el presidente emitió una mínima declaración donde defendió a su hijo, al que definió como una persona de «muchas cualidades». «Aplaudo su transparecia», agregó.

Primero se negó= la ‘conexión rusa’. Ahora salen los trapos al sol que mantienen atemorizada a la Casa Blanca.

El empresario Donald Trump Jr. decidió hacer públicos los correos electrónicos para salir al cruce de una serie de denuncias publicadas el fin de semana por el diario The New York Times, que reveló esa reunión.

Pero el gesto empeoró aún más la situación.

Según los mensajes, el abogado Rob Goldstone informó el 3 de junio de 2016 al hijo del mandatario estadounidense que había personas en Rusia que tenían «documentos oficiales e información que podía comprometer a Hillary» y que ello podía ser «muy útil» para su padre.

Goldstone calificó la información «de muy alto nivel y muy sensible, pero es parte del apoyo de Rusia y de su gobierno al señor Trump».

Trump Jr. respondió que estaba viajando en ese momento, pero dejó claro su interés: «Si es lo que me dices, me encantaría».

Inicialmente, el hijo de Trump pretendía agendar una entrevista telefónica, pero Goldstone le sugirió un contacto con el empresario ruso Aras Agalarov para definir los detalles del encuentro.

Finalmente, el 9 de junio se realizó la reunión con una abogada rusa en una oficina de la Torre Trump en Nueva York.

– «No tenía información» –

El empresario Jared Kushner, casado con una hija de Trump y convertido en consejero del mandatario, y Paul Manafort, quien en ese momento era el jefe de la campaña del magnate inmobiliario, también participaron del encuentro.

Trump Jr. explicó en Twitter que la abogada «no tenía información para proporcionar y quería hablar sobre la política de adopción» de niños rusos por parte de familias estadounidenses.

También afirmó que decidió divulgar los correos electrónicos que condujeron a la reunión para ser «totalmente transparente», aunque al mismo tiempo dejó en evidencia que buscó el encuentro en busca de informaciones para perjudicar a Clinton.

Las reacciones escandalizadas no se hicieron esperar.

El influyente senador republicano Lindsey Graham dijo a CNN que Trump Jr. es «nuevo en la política» y que «no se puede permitir que un gobierno extranjero contacte una campaña y diga que quiere ayudar».

El episodio, dijo el influyente senador, «requerirá que muchas preguntas sean formuladas y respondidas».

El senador Tim Kaine, quien fue candidato a vicepresidente en la fórmula con Clinton, dijo que el escándalo ha adquirido tal dimensión que ya podía llegar a un caso de traición.

«Creo que ya estamos mucho más allá de la obstrucción a la justicia. Esto se está moviendo hacia el perjurio, el falso testimonio y hasta potencialmente la traición», apuntó.

– Pence marca distancia –

El vicepresidente Mike Pence rápidamente buscó distanciarse del escándalo.

Su portavoz Marc Lotter afirmó en Twitter que «no tuvo conocimiento de la reunión. Tampoco está concentrado en las historias sobre la campaña, especialmente aquellas que se refieren a un período anterior al momento en que él se sumó a la campaña».

El senador demócrata Ron Wyden estimó en una nota oficial que «el alto plano de la campaña de Trump caminó con los ojos abiertos hacia una reunión diseñada para hacer avanzar el apoyo del gobierno de Rusia a Donald Trump».

El diputado demócrata David Cicilline, a su vez, dijo que era «asombroso» que personas ligadas a Trump hayan aceptado participar de una reunión, pensando que podían recibir informaciones sensibles provenientes en un gobierno extranjero en plena campaña electoral.

La interminable controversia sobre el rol de Rusia en la campaña electoral de 2016 representa un continuado dolor de cabeza para la Casa Blanca.

El general Michael Flynn perdió su cargo como asesor de Seguridad Nacional por haber ocultado a Pence sus contactos con diplomáticos rusos antes de asumir el poder.

Más tarde, el director del FBI, James Comey, perdió el cargo por resistirse a las sugerencias de Trump de que sus investigadores dejen en paz a Flynn.

Hasta el fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, tuvo que recusarse de cualquier contacto con investigaciones sobre el asunto, a raíz de sus contactos con funcionarios rusos durante la campaña electoral.

El Departamento de Justicia nombró un Fiscal Especial, Robert Mueller, para investigar las denuncias sobre la interferencia de Rusia en la elección presidencial y la eventual complicidad de la campaña de Trump.

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