En medio de una tormenta de críticas por la posibilidad de que se demore un nuevo paquete de ayuda económica en plena pandemia, el presidente estadounidense Donald Trump, rezagado en las encuestas hacia los comicios de noviembre, bajó su tono confrontativo y apunta a lograr ayudas específicas para algunos sectores de la economía.
Trump rompió abruptamente el martes las conversaciones con la oposición demócrata sobre un nuevo plan de ayuda para mitigar el impacto de la pandemia.
Las críticas se multiplicaron, incluso desde el campo conservador y la poderosa Cámara de Comercio de Estados Unidos, en tanto Wall Street reaccionó con un retroceso, lo que llevó al mandatario a abrir una puerta a medidas específicas, en particular para las aerolíneas y cheques directos a trabajadores.
La vuelta de tuerca le permite a Trump argumentar que está peleando por las empresas y los trabajadores estadounidenses, frente a los demócratas que prefieren un paquete de ayuda que comprenda a los estados y gobiernos locales.
La jefa de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que Trump está tratando de recuperar terreno tras el «terrible error» que cometió al suspender las conversaciones -que ella misma encabezaba por la oposición- con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, acusó a Trump de «dar la espalda» a los trabajadores.
«El fracaso de Washington (ndlr: por el sistema político) para aprobar nuevas ayudas de alivio ante el covid-19 se sentirá en las calles y en las mesas de las familias a lo largo y ancho de Estados Unidos», dijo el vicepresidente de la Cámara de Comercio, Neil Bradley, en una declaración.
Tanto los economistas como el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, han señalado que un nuevo paquete de ayuda que se sume a los 2,2 billones ya otorgados desde marzo, es clave para impulsar la recuperación de una economía golpeada por el coronavirus.
Ayuda sectorial o global
«No creo que la reactivación dependa de un enorme programa de ayudas», afirmó Larry Kudlow, consejero económico de la Casa Blanca, en una entrevista con la cadena CNBC.
Pero «hay varias medidas que pensamos que pueden aportar una gran ayuda a sectores específicos de la economía», añadió mencionando la extensión del programa de créditos a pequeñas empresas o los subsidios para que las compañías aéreas paguen salarios.
Trump adoptó un tono más conciliador en la noche del martes, al asegurar en Twitter que ratificaría inmediatamente cualquier texto de ley que prevea cheques de 1.200 dólares para los hogares estadounidenses y 135.000 millones de dólares para las pequeñas empresas, dos elementos que ya estaban incluidos en las negociaciones bipartitas.
También llamó al Congreso a «aprobar INMEDIATAMENTE» una ayuda de 25.000 millones de dólares para las aerolíneas, que han iniciado despidos masivos el primero de octubre.
Para el mandatario, las posiciones de republicanos y demócratas están «demasiado alejadas» y a escasas cuatro semanas de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre no hay «tiempo suficiente» para llegar a un acuerdo, indicó Kudlow.
Movimientos políticos
La administración Trump y los demócratas del Congreso trataron durante dos meses de acordar un nuevo plan de ayuda para los 12,6 millones de estadounidenses desempleados y para los hogares de menos ingresos, así como para las empresas devastadas por la pandemia.
Bradley señaló que el fracaso en lograr un acuerdo es especialmente decepcionante porque las dos partes parecían estar cerca de un compromiso.
Airlines for America, la organización que representa al sector aéreo, se dijo igualmente «decepcionada» por la incapacidad de los actores políticos para ponerse de acuerdo en un texto que «habría salvado decenas de miles de empleos altamente calificados».
Ciertos sectores gravemente afectados, como el turismo y las aerolíneas ya han anunciado despidos masivos: 19.000 trabajadores en American Airlines, 13.000 en United y 28.000 en los parques temáticos de Disney.
En los últimos días, el optimismo sobre las negociaciones Pelosi-Mnuchin motorizó a la bolsa de Nueva York, uno de los parámetros favoritos de Trump para medir el éxito de su gestión.
Los dos dirigentes hablaron el miércoles.
El martes, Trump acusó a Pelosi de querer «rescatar a los estados demócratas con un alto nivel de criminalidad y mal administrados» y no negociar «de buena fe».
Los estados y gobiernos locales son especialmente vulnerables ya que no tienen herramientas para lidiar con los déficits, y sin ayuda muchos empleos públicos -incluso algunos esenciales dependientes de estas administraciones- corren riesgo.
Los estímulos iniciales a la economía tras el estallido de la pandemia suavizaron el golpe en una economía que se cerró para intentar contener los contagios de coronavirus, y las empresas estadounidenses recontrataron ya a alrededor de la mitad de los 20 millones de trabajadores despedidos al comienzo de la crisis.
Pero las contrataciones se hacen más lentas y los despidos en algunos ramos de actividad crecen.