Trump descarga su ira ante un eventual juicio político en su contra

«¡Esta gente está enferma!» El presidente Donald Trump descargó el viernes su ira por el procedimiento de destitución que amenaza su permanencia en la Casa Blanca, en una entrevista telefónica en la que no escatimó ataques, insultos y teorías de conspiración. 

Trump eligió el programa de TV «Fox & Friends», uno de sus favoritos, para expresar su frustración tras una serie de audiencias públicas en el Congreso sobre el caso ucraniano, en las que los testigos, incluidos varios diplomáticos, presentaron numerosas pruebas contra el 45° presidente de Estados Unidos.

Durante 53 minutos, en una catarata de comentarios a veces incoherentes, Trump mostró cuánto le ha molestado el proceso que puede dejar un rastro indeleble en su mandato. El presidente criticó los testimonios como un «sinsentido total» y dijo que disfrutaba la oportunidad de defenderse. 

«Francamente, quiero un juicio», dijo, refiriéndose al resto del procedimiento. 

Si la Cámara de Representantes, controlada por la oposición demócrata, aprueba votar una acusación en contra del presidente, dependerá del Senado, dominado por los republicanos, juzgarlo. Para destituirlo, la Cámara Alta necesita una mayoría de dos tercios.

Los demócratas culpan al presidente republicano de presionar a Ucrania, incluyendo la congelación de 400 millones de dólares en ayuda militar, para que investigara a Joe Biden, potencial contendiente suyo en los comicios de 2020, cuyo hijo Hunter integraba el directorio de una empresa de gas ucraniana cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama.

Trump niega haber puesto condición alguna a Kiev y denuncia una «caza de brujas».

«Loca como una chinche»

Ante la furia del presidente, Steve Doocy, Brian Kilmeade y Ainsley Earhardt, los tres presentadores del programa de Fox News, intentaron reenfocar la entrevista: «Señor presidente, la acusación es la siguiente: utilizó ayuda -dinero de los contribuyentes -para atacar a un oponente político».

Pero el mandatario esquivó responder, y en cambio se enojó con Alemania y Francia, que según él no otorgan suficiente ayuda a Ucrania (que lucha contra separatistas respaldados por Rusia), y atacó con virulencia a todos los actores del procedimiento de juicio político: legisladores, diplomáticos, expertos.

¿Adam Schiff, el legislador demócrata que dictaminó el jueves que los hechos alegados contra Trump eran «mucho más serios» que los cometidos por el expresidente republicano Richard Nixon, empujado a la renuncia en 1974? «Él inventa todo, está enfermo, ese hombre tiene un problema», dijo Trump. 

¿Nancy Pelosi, líder de los demócratas en el Congreso? «Ella no hizo nada (…) Está tan paralizada (…) Está loca como una chinche».  

¿Marie Yovanovitch, exembajadora de Estados Unidos en Ucrania, que denunció, en un conmovedor testimonio ante el Congreso, los ataques «intimidantes» del presidente estadounidense contra ella? «Esta embajadora dice que es tan genial que no quería colgar mi foto en la embajada», afirmó Trump. «Esta mujer no era un ángel». 

¿El embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland, quién dijo sin rodeos que hubo un «toma y daca»? «Es absolutamente cualquier cosa», dijo Trump. «Apenas lo conozco».

El «amigo» Rudy Giuliani

En esta ola de ataques, un hombre se salvó: el «amigo» y abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, sospechoso de desempeñar un papel clave en las controvertidas conversaciones con Kiev. 

«Rudy es un gran luchador contra el crimen (…) Fue el mayor alcalde en la historia de Nueva York (…) Rudy es una figura legendaria en nuestro país», afirmó Trump.  

El presidente estadounidense aprovechó esta entrevista telefónica para plantear, una vez más, la teoría de que Ucrania habría tratado de interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 para que ganara Hillary Clinton, la rival demócrata de Trump. 

«Verán cosas increíbles», dijo el presidente. «Quizás el gran escándalo político en la historia de nuestro país», vaticinó. 

¿Cuáles son sus fuentes?, preguntaron los presentadores. «Solo puedo decirles que tenemos mucha información que muestra que han sucedido muchas cosas terribles», apuntó Trump.

Irónicamente, esta teoría conspirativa fue denunciada el jueves en el Congreso por Fiona Hill, una exfuncionaria del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. 

«Esta es una ficción que fue creada y propagada por los servicios de seguridad rusos», dijo, implorando a los legisladores no propagar «falsedades con intencionalidad política que de forma tan clara benefician a intereses rusos».

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