Una corte de apelaciones estadounidense falló el lunes que el presidente Donald Trump debe difundir ocho años de declaraciones de impuestos, un golpe a sus intentos de mantener sus ganancias personales en secreto.
El fallo es el último desarrollo en el esfuerzo por obtener copias de los impuestos de Trump, que durante su campaña electoral prometió publicarlos, aunque nunca lo ha hecho.
Un comité integrado por tres jueces de Manhattan rechazó la apelación de los abogados del presidente, que se oponen a un pedido del fiscal a la empresa contable de Trump, Mazars, para que ésta revele sus impuestos entre 2011 y 2018.
Los jueces federales, no obstante, no adoptaron una posición sobre la afirmación de los abogados de Trump de que como presidente éste cuenta con inmunidad ante cualquier investigación penal.
«Esta apelación no requiere que consideremos si el presidente es inmune a una acusación y proceso mientras ocupa el cargo, ni que consideremos si el presidente puede ser legalmente obligado a entregar documentos para ser utilizados en un procedimiento penal estatal», dijeron los jueces en su fallo.
El fiscal Cyrus Vance -un funcionario electo demócrata- pidió estos documentos en el marco de una investigación sobre un pago efectuado a la actriz pornográfica Stormy Daniels para comprar su silencio por una supuesta relación con Trump.
La investigación, que examina cómo Trump y su empresa reembolsaron este pago de 130.000 dólares efectuado durante la campaña presidencial de 2016 por un abogado de Trump, Michael Cohen, no ha llevado aún a ninguna inculpación.
Cohen cumple actualmente una pena de tres años de cárcel tras admitir que hizo un pago para comprar el silencio de Daniels y de otra mujer, en violación de las leyes de financiación electoral, así como por fraude impositivo y mentir al Congreso.
Los jueces decidieron que la inmunidad de Trump no está en cuestión aquí, porque los fiscales pidieron los documentos a la empresa contable de Trump, no al presidente.
Trump es el primer presidente desde Richard Nixon que se niega a difundir sus declaraciones de impuestos.
Durante la campaña electoral aseguró que estaban bajo auditoría del fisco estadounidense (el Internal Revenue Service, IRS). Varios intentos para obtener una copia de sus declaraciones de impuestos están en marcha, incluidos de parte de legisladores demócratas.