Los estados de Luisiana y Texas se preparan este martes para la llegada del huracán Laura, que amenaza la costa estadounidense con vientos de 120 km/h tras dejar una veintena de muertos en en el Caribe.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) había señalado que se espera que Laura se fortalezca antes de llegar a las costas de Luisiana y el sureste de Texas, donde se espera que el huracán golpee el miércoles por la noche.
En ese sentido, el NHC, con sede en Miami, advirtió sobre crecidas fluviales repentinas e inundaciones en partes de Texas, Luisiana y Arkansas, luego de que Laura dejara al menos 24 muertos en Haití y República Dominicana, así como daños materiales en Cuba.
Al respecto alertó a esos estados de que el paso del huracán «estará acompañado por olas grandes y destructivas» y hasta 300 mm de lluvias.
«Necesitamos prepararnos a que Laura se convierta en un huracán de categoría 4», declaró a la prensa el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Por su parte, la ciudad de Nueva Orleans se preparaba este martes para la llegada de Laura.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, informó en su cuenta Twitter que se espera que el ciclón «toque tierra al menos como un huracán de categoría 3». El martes estaba a unos 800km del estado.
«Asegúrense de estar preparados, tengan lo necesario y sigan las noticias locales para estar informados», agregó al alertar a los pobladores.
La costa estadounidense ya venía amenazada, aunque en menor grado, por Marco, que fue degradada al grado de tempestad.
El fantasma de Katrina
Laura se desplaza a unos 26 km/h, adentrándose en el Golfo de México en dirección a «la costa superior de Texas y el suroeste de Luisiana»
En Nueva Orleans, la alcaldesa LaToya Cantrell instó a prepararse para la llegada de Laura. «No olviden la covid-19 con los efectos del huracán», advirtió en Twitter.
En el famoso Barrio Francés, el centro histórico se vació de turistas en tanto se apilaron sacos de arena frente a puertas y ventanas mientras se protegía a a los edificios de arquitectura colonial con chapas de madera.
«No me preocupa que el agua entre con la tormenta, me preocupa la lluvia y que las bombas no funcionen, y eso es lo que causarán las inundaciones», dijo a la AFP Robert Dunalp, propietario de un comercio.
Nueva Orleans sigue traumatizada por el azote de Katrina, un huracán categoría 5 que inundó el 80% de la ciudad y provocó 1.000 muertos en 2005.
Sonya Mcculler, que vivió aquel devastador ciclón hace 15 años, dice esperar cualquier cosa, porque «en un momento puedes pensar que no va a suceder, al minuto siguiente estás tratando de prepararte para asegurarte de no quedarte atrapado. Es una locura», dijo.
Más recientemente, en 2017, las costas de Texas y Luisiana fueron golpeadas por Harvey, un huracán categoría 3 que causó inundaciones catastróficas y dejó 68 muertos.
Estela de muerte
Laura pasó el lunes como tormenta tropical por Cuba, donde dejó intensas lluvias y fuertes marejadas, y antes por la isla La Española, que comparten Haití y República Dominicana, dejando una estela de al menos 24 muertos.
Las tormentas representan un grave peligro para Haití y República Dominicana, pues las lluvias por sí solas amenazan con deslizamientos de tierra y desbordes repentinos de cursos de agua debido a la desertificación.
En Cuba, en tanto, Laura provocó fuertes lluvias, marejadas e inundaciones costeras, voladura de techos así como la caída de árboles y postes, obligando a evacuar a unas 334.000 personas, aunque no se informó de daños personales.
La temporada ciclónica del Atlántico, que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, podría ser especialmente severa este año. El NHC espera 25 depresiones, siendo Laura la decimosegunda y Marco la decimotercera.
Las trayectorias de Laura y Marco obligaron a evacuar 114 plataformas petroleras del Golfo de México, lo que significa la detención de cerca del 80% de la producción.
El hecho de que dos fenómenos meteorológicos se sucedan en forma tan estrecha en el Golfo de México es extremadamente raro, dicen los expertos.