Champions League. Inesperada velada el próximo 1 de junio en el Wanda Metropolitano.
El Wanda Metropolitano será el escenario de la gran final de la Champions League 2018/2019, una final totalmente inesperada, sobre todo en el caso de los ‘spurs’. La ‘Orejona’ se decidirá entre los dos mejores equipos de esta edición, con un fútbol espectacular, vertiginoso y de ataque que ha enamorado a toda Europa. Liverpool y Tottenham, Tottenham y Liverpool, una final por todo lo alto y que viviremos muy cerca, en Madrid.
EL LIVERPOOL, A CULMINAR SU HISTÓRICA GESTA
El camino del Liverpool comenzó en el grupo C, donde fue muy irregular, paradójicamente. Ganó 3-2 al PSG y luego cayó en Nápoles. Goleó al Estrella Roja, pero cayó en Rusia y París en las siguientes jornadas. El triunfo por la mínima en casa ante el Nápoles logró clasificarle segundo, empatado a puntos con los italianos. En octavos recibieron la visita de todo un Bayern Múnich, que empató sin goles en Anfield y en la vuelta, en su estadio, sufrió una dolorosa derrota por 1-3 con doblete de Mané y gol de Van Dijk.
El Oporto era el rival más asequible en cuartos y el sorteo le fue favorable a los ‘reds’, que se deshicieron porla vía rápida: 2-0 en casa y un contundente 1-4 en tierras lusas. Pero el bombo se complicó en semifinales, con el Barça como rival. Los de Klopp eran vigentes finalistas de la Champions, pero todo el mundo parecía estar de acuerdo en que el gran favoritismo era para el conjunto azulgrana. La ida terminó con el resultado más abultado e injusto de los últimos tiempos: un 3-0 que no hacía para nada justicia a lo vivido en el campo, donde los ingleses fueron siempre superiores.
Pero lo que quedará para la historia, independientemente de lo que suceda en la gran final, es el partido de vuelta en el siempre mágico Anfield. Sin los lesionados Salah, Firmino y Keita, Klopp logró contagiar su ambición y y su lucha a sus jugadores, que dieron un recital ante su público para lograr un 4-0 que significó la mayor humillación azulgrana en la historia de esta competición. Remontada histórica y pase a la final con todo el merecimiento del mundo, aunando elogios desde todas las partes del globo, que se maravilló con su potente y endiablado fútbol vertical.
UN ‘MILAGRO’ LLAMADO TOTTENHAM
Todo parecía decidido para el Ajax, pero fue el Tottenham el que pasó a la gran final, y de forma agónica. Un gol de Lucas Moura completaba la hazaña de la gran sorpresa de esta edición. Cuando todos se habían enamorado del juego de los holandeses, llegaron los de Pochettino y saltaron la banca para culminar un camino lleno de altibajos, incluyendo una fase de grupos donde se vio las caras contra el Barcelona, el Inter de Milán y el PSV. Pasó como segundo de grupo, por detrás de los azulgranas, pero lo que llama la atención es que no fue hasta la jornada 4 cuando logró su primera victoria: antes había caído en Italia, en casa ante el Barça y un empate en Holanda contra el PSV, al que ganó en el siguiente partido. Se hizo fuerte en casa ganando al Inter y el empate en el Camp Nou le valió la clasificación, empatado a puntos con el Inter.
En octavos tampoco eran favoritos ante el Borussia Dortmund, al que sin embargo destrozó con un 3-0 en la ida y un 0-1 en la vuelta. En cuartos, nuevamente con clara desventaja en las apuestas. Enfrente, el Manchester City de Pep Guardiola, gran favorito para ganar esta Champions. Y, además, sin su gran estrella Harry Kane, lesionado. El ariete no jugó ni cuartos, ni semis. Pero su equipo siguió a lo suyo y logró un 1-0 en su recién estrenado estadio, haciendo saltar la sorpresa. Pero nadie se fiaba en Londres, e hicieron bien, porque los ‘citizens’ salieron con todo en la vuelta y lograron endosarles cuatro goles, pero el polémico tanto de Llorente (posible mano) dio el pase a semis.
Quedaba solo un paso para la final, pero ante el rival del que hablaba todo el mundo, el Ajax. Y nuevamente se les pusieron las cosas cuesta arriba. El Ajax ganó en Londres 0-1 y en Amsterdam se puso hasta 2-0, con todo encarrilado. Pero no se rindieron. Tomaron como ejemplo la gesta del Liverpool el día antes y terminó dando la vuelta al marcador con un soberbio ‘hat-trick’ de Lucas Moura, que marcó el tercer gol en el descuento, en el último segundo del tiempo añadido. Fiesta total de los ingleses y hundimiento en los holandeses, que no daban crédito. El Tottenham había llegado a la gran final, y con el mérito añadido de ser el único de toda la Champions que no realizó ningún fichaje el año pasado. Mismo equipo, misma ambición y enorme premio. Dos ingleses en la gran final como ya se viviera en 2008 entre Manchester United y Chelsea. Que gane el mejor…