La tormenta Amélie, la primera del otoño, arrasó la costa atlántica en Francia este domingo, con rachas de viento de más de 160 km/h, carreteras cortadas por árboles caídos y a 140 mil hogares sin electricidad.
También en el suroeste la tormenta provocó a su paso fuertes aguaceros. Los bomberos buscaban este domingo en Niza a una mujer desaparecida tras un alud de tierra cerca de su casa.
La alerta naranja en vigor en los departamentos del suroeste, del centro y del sureste se levantó a lo largo de la jornada.
En la costa atlántica, los servicios de rescate y las prefecturas dieron cuenta de tres heridos leves -uno de ellos fue hospitalizado-, víctimas sobre todo de la caída de ramas de árboles.
Según la agencia meteorológica Météo France, se registraron rachas de viento de 163 km/h en el litoral del Cap Ferret (suroeste), 148 km/h en Massanges (oeste), 146 km/h en Belle-Ile (oeste). El viento también sopló con intensidad en el interior, con 121 km/h en la ciudad de Burdeos.
Al mediodía, unas 140 mil viviendas se quedaron sin electricidad en el suroeste, indicó a la AFP la red de distribución de electricidad Enedis.
En el departamento de Landes, 47 personas tuvieron que ser evacuadas de un camping. En la localidad turística de Mimizan, el tejado de un casino se derrumbó.
Varias carreteras secundarias quedaron cortadas u obstruidas por árboles que cayeron a la vía. Igualmente numerosos trenes fueron anulados o retrasados.
En el sureste, fuertes lluvias se abatieron la madrugada del domingo en ciudades situadas a unos veinte km de Marsella y en la región de Niza.
Una treintena de automovilistas tuvieron que ser rescatados cuando quedaron atrapados en sus vehículos por el diluvio. Los sótanos de varias tiendas y casas quedaron inundados.