El grupo estadounidense de tiendas de juguetes Toys «R» Us se ha acogido al capítulo 11 de la legislación estadounidense sobre las bancarrotas, anunció la cadena, en un momento complicado para los comercios físicos.
El grupo «va a reestructurar su deuda existente y crear una estructura de capital sana para poder invertir en su crecimiento a largo plazo y concretar su aspiración de aportar juguetes a los niños» en el mundo, informa Toys «R» Us en un comunicado difundido el lunes por la noche.
El comunicado subraya que las operaciones fuera de Estados Unidos y Canadá, «incluidas las aproximadamente 255 tiendas bajo licencia y empresas conjuntas en Asia» no forman parte del proceso de bancarrota.
«Junto a nuestros inversores, nuestro objetivo es trabajar con nuestros deudores y otros acreedores para reestructurar los 5.000 millones de deuda a largo plazo en nuestro balance, lo que nos ofrecerá mayor flexibilidad financiera para invertir en nuestro negocio, continuar mejorando la relación con el cliente en nuestras tiendas físicas y en internet y fortalecer nuestra posición competitiva», dijo Dave Brandon, presidente y presidente ejecutivo, en un comunicado.
Varios prestamistas, entre ellos JPMorgan, aceptaron inyectar en el grupo más de 3.000 millones de dólares para «mejorar inmediatamente la salud financiera de la compañía y acompañar las operaciones durante el corto proceso de supervisión».
Las casi 1.600 tiendas Toys «R» Us y Babies «R» Us en el mundo, «la mayoría de las cuales son rentables», operarán como de costumbre, añade.
La cadena, que vende juguetes y productos para bebes en Estados Unidos y en otros 38 países, se une así a otras cadenas que intentan competir con los nuevos modos de consumo desarrollados por empresas como Amazon.
La empresa emplea a unas 65.000 personas en el mundo.