Taiwán: ¿por qué China saca la artillería pesada para ejercicios militares?

  • Fragatas, drones, bombarderos, misiles: el Ejército chino movilizó el 29 de diciembre todos sus efectivos para llevar a cabo maniobras militares a gran escala alrededor de la isla de Taiwán.
  • Una demostración de fuerza que llega en un momento crucial, ya que China busca presionar a Taiwán y a todos aquellos que puedan verse tentados a apoyar a este territorio, que reclama como suyo.

FRANCE 24

Sébastian Seibt

Primero, un águila se transforma en un dron de ataque, luego los peces se convierten en fragatas y destructores, y finalmente los lobos que corren por el bosque se vuelven soldados robot que atacan una ciudad devastada.

Estas escenas generadas por inteligencia artificial conforman el argumento narrativo de un video propagandístico publicado el lunes 29 de diciembre por China antes de un gran ejercicio militar alrededor de la isla de Taiwán.

“Misión Justicia 2025”

El video, difundido por el diario ‘China Daily’, presenta una visión deshumanizada y sin víctimas de una invasión china de la isla de Taiwán, que Beijing considera parte integrante de su territorio nacional. “Supongo que los animales representan el carácter natural, casi instintivo, de la operación militar, mientras que las máquinas y las armas simbolizan el aspecto controlado y preciso de la invasión. El mensaje es que no se trata de una elección política, sino de un proceso natural, inevitable y sin derramamiento de sangre”, analiza Simona Grano, directora de investigación sobre las relaciones entre China y Taiwán en la Universidad de Zúrich.

Un navire chinois au large de l'île Pingtan, en mer de Chine orientale, au début des exercices militaires chinois visant à simuler  le blocus de Taïwan.
Un buque chino que participa en los ejercicios «Misión Justicia 2025», simulando un bloqueo de Taiwán. © AFP – Adek Berry

Excepto que las maniobras militares iniciadas el lunes no son (todavía) una invasión. Se trata de un vasto ejercicio para simular una ofensiva de este tipo. Bautizada como “Misión Justicia 2025”, esta demostración de fuerza moviliza fragatas, destructores, aviones de combate, bombarderos, drones y misiles. Una artillería pesada para demostrar a “todos aquellos que conspiren a favor de la independencia que serán aniquilados cuando se enfrenten a nuestro escudo de la Justicia”, anunció el Ejército chino.

“Estas maniobras son aún más significativas por tratarse de una operación conjunta de las fuerzas terrestres, navales, aéreas y de cohetes”, señala Jonathan Sullivan, especialista en política china y relaciones con Taiwán de la Universidad de Nottingham.

China hace alarde de su poderío militar.

También se trata de ejercicios con munición real, algo que no ocurría desde abril. Pero, en general, “el Ejército chino no está demostrando nada que no haya demostrado antes”, añade el experto. De hecho, Beijing ha multiplicado estas simulaciones de ataques a gran escala sobre Taiwán desde el verano de 2022. En aquel momento, el primer ejercicio de este tipo se llevó a cabo en respuesta a la visita a la isla de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que la superpotencia asiática consideró una provocación.

Desde entonces, las tropas chinas se empeñan en demostrar puntualmente “su capacidad para organizar rápidamente un bloqueo aéreo y marítimo completo de la isla en preparación para una invasión [terrestre]”, señala Zeno Leoni, especialista en cuestiones de seguridad china en el King’s College de Londres. Y, con regularidad, “las fuerzas armadas chinas se acercan un poco más a las aguas territoriales de Taiwán, lo que se corresponde con la táctica progresiva puesta en marcha por Beijing”, añade Simona Grano.

Nueve meses después

Más allá de la imponente movilización militar, estos nuevos ejercicios son significativos porque también se producen en un momento crucial para Xi Jinping. “El contexto geopolítico ha cambiado mucho desde los últimos ejercicios hace nueve meses”, recuerda Grano. En primer lugar, “las relaciones entre China y Estados Unidos, especialmente malas en abril debido a la guerra arancelaria, han mejorado ligeramente tras la reunión entre Xi Jinping y Donald Trump en la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a finales de octubre”, señala Jonathan Sullivan.

En este contexto, las autoridades chinas “consideraron una traición el hecho de que Washington aprobara una de las mayores ventas de armas a Taiwán la semana pasada”, precisa el experto en contexto de la cultura china. Beijing se sintió así obligado a dejar las cosas claras para recordar su determinación de integrar Taiwán en su territorio a largo plazo.

El presidente Donald Trump, a la izquierda, y el presidente chino Xi Jinping, a la derecha, se dan la mano antes de su reunión en el Aeropuerto Internacional de Gimhae, en Busan, Corea del Sur, el jueves 30 de octubre de 2025.
El presidente Donald Trump, a la izquierda, y el presidente chino Xi Jinping, a la derecha, se dan la mano antes de su reunión en el Aeropuerto Internacional de Gimhae, en Busan, Corea del Sur, el jueves 30 de octubre de 2025. AP – Mark Schiefelbein

Sobre todo porque Washington no es el único actor importante que ha herido la sensibilidad nacionalista china. Al gigante asiático tampoco le gustó que Sanae Takaichi, la nueva primera ministra japonesa, afirmara en noviembre que cualquier conflicto en Taiwán sería una cuestión de seguridad nacional para Japón. “China percibió esta afirmación como una amenaza de intervención japonesa junto a Taiwán en caso de conflicto, lo que considera inaceptable”, afirma Zeno Leoni.

“Es cierto que, debido a su proximidad con las islas japonesas, el destino de este territorio es importante para Japón. Pero en el contexto actual, las declaraciones de Sanae Takaichi pueden parecer diplomáticamente torpes”, precisa.

Según él, esta postura japonesa sin mucha ambigüedad fue la gota que colmó el vaso. Entre las declaraciones japonesas y el contrato de armamento estadounidense, “estas injerencias externas cada vez más marcadas representan un revés para el discurso diplomático chino, que insiste en el carácter interno de la cuestión de Taiwán”, precisa la experta Grano.

Un nuevo comandante militar

Esta nueva demostración de fuerza china cerca de los puertos taiwaneses no es solo una señal enviada a las potencias extranjeras tentadas de apoyar firmemente a Taipéi. También es una forma de presionar a Taiwán donde más le duele. “Estos ejercicios militares tienen como objetivo debilitar aún más al presidente Lai Ching-te, que ya sufre una fuerte presión interna por parte de los partidos de la oposición”, afirma Grano. “Se enfrenta a un proceso de destitución el próximo mes de mayo. Frente a él, el partido Kuomintang vuelve a estar en auge gracias a una opinión pública visiblemente cansada de la dura línea antichina de Lai Ching-te. Este partido, cercano a Beijing, ha nombrado recientemente a una nueva presidenta, Cheng Li-wun, más abiertamente prochina que su predecesor”, señala Jonathan Sullivan.

“Es un mensaje a los taiwaneses para decirles: ‘miren lo que les espera si siguen apoyando a alguien como Lai Ching-te’”, resume Simona Grano.

El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, en el centro, anima a los soldados mientras inspecciona a los reservistas taiwaneses que participan en un entrenamiento militar de reserva en el condado de Ilan, al este de Taiwán, el martes 2 de diciembre de 2025.
El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, en el centro, anima a los soldados mientras inspecciona a los reservistas taiwaneses que participan en un entrenamiento militar de reserva en el condado de Ilan, al este de Taiwán, el martes 2 de diciembre de 2025. AP – ChiangYing-ying

Por último, el Ejército chino también necesita tranquilizar y tranquilizarse a sí mismo. Estos ejercicios son la primera gran prueba para Yang Zhibin, nombrado en septiembre comandante en jefe del teatro oriental, que representa una pieza clave par el Ejército Popular de Liberación de China, debido a que se encarga del control de la región en la que se encuentra Taiwán.“Es uno de los puestos más delicados e importantes del Ejército chino”, subraya Zeno Leoni.

Su predecesor, Lin Xiangyang, fue acusado de corrupción y expulsado de la Institución, mientras que el comisario político del teatro oriental, Liu Qingsong, lleva varios meses desaparecido sin más. Un ejercicio militar a gran escala “permite mostrar al público chino que el mando militar es fuerte y que se ha pasado página en lo que respecta a los escándalos”, afirma la analista Grano.

Y no solo a la opinión pública nacional. “Las purgas militares han dado lugar a especulaciones en Occidente sobre la posibilidad de que Xi Jinping esté perdiendo el control de su Ejército”, señala el experto Sullivan. La organización de maniobras muy ambiciosas solo dos meses después de la llegada de un nuevo comandante es para Beijing una forma de decir: “circulen, aquí no hay nada que ver”.

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