Más de 22 millones de personas se acogieron al subsidio de desempleo en Estados Unidos desde mediados de marzo, mientras el presidente Donald Trump se apresta a presentar este jueves su plan para relanzar la mayor economía mundial, paralizada por la pandemia de COVID-19.
Los nuevos datos del Departamento de Trabajo indican que las empresas estadounidenses eliminaron 5,2 millones de empleos entre el 4 y el 11 de abril, una cifra levemente menor que la semana anterior pero históricamente alta, provocada por los cierres de negocios y las restricciones de movimiento ordenadas para frenar la propagación del virus.
Por otra parte, datos de la Oficina del Censo detallaron el impacto de la pandemia en el mercado inmobiliario, mientras que un informe de la Reserva Federal (Fed, banco central estadounidense) mostró el desplome de la actividad manufacturera en el noreste de Estados Unidos.
John Williams, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, el estado más golpeado por la pandemia en el país, advirtió que probablemente tomará «uno o dos años» como mínimo para que la economía estadounidense recupere su fortaleza.
«Desafortunadamente, esta es una situación en la que creo que nuestras economías pueden tener un rendimiento inferior durante algún tiempo», dijo en una videoconferencia organizada por el Club Económico de Nueva York.
Estados Unidos, el país del mundo con más contagios y muertos por el nuevo coronavirus, tenía antes de la crisis sanitaria bajos niveles de desempleo y altos rendimientos en los índices bursátiles de Wall Street, incluso mientras la industria manufacturera sufría las guerras comerciales de Trump.
Pero la intensificación de la pandemia provocó una fuerte caída de la actividad económica que supera en algunos sectores a lo ocurrido durante la Gran Recesión de 2009.
Si bien el pico de desempleo podría haberse alcanzado, «los pedidos de subsidios seguirán extraordinariamente altos en las próximas semanas, pues la economía se hunde en una recesión», según una nota de análisis de la consultora Oxford Economics.
Trump prevé presentar este jueves las pautas para volver a poner en marcha la economía del país, después de decir el miércoles que su «estrategia agresiva» contra el brote del nuevo coronavirus había funcionado y que el país había superado el pico de nuevos contagios.
Sin embargo, en las últimas 24 horas 4.505 personas murieron por la COVID-19 en Estados Unidos, que totaliza 31.590 fallecidos desde el primer deceso vinculado al virus a fines de febrero y 648.788 contagios, según un recuento de AFP de este jueves a las 19H00 GMT.
El miércoles, Trump sugirió que en algunos casos el relanzamiento económico podría empezar antes del 1 de mayo.
Pymes sin fondos
Mientras tanto, la Administración de Pequeñas Empresas (SBA en inglés), encargada de gestionar un programa de 349.000 millones de dólares para ayudar a las Pymes en dificultades por la pandemia, dijo que había agotado sus recursos.
La SBA no puede aceptar nuevos pedidos de créditos de Pymes «en base a los fondos disponibles», indicó en su página web, mientras el gobierno y el Congreso negocian desde hace una semana una extensión de 250.0000 millones de dólares de este plan.
Los demócratas piden cláusulas que aseguren que los préstamos serán bien distibuidos entre todas las empresas que tengan derecho a pedirlos y quieren aprobar a la vez 250.000 millones de dólares adicionales para hospitales, estados y municipios.
La Fed anunció el jueves que puede aportar más efectivo a los bancos para reforzar su capacidad de prestar a las Pymes.
Desplome en construcción e industria
El daño de la pandemia en Estados Unidos también se vio en el sector de la construcción. El reporte de la Oficina del Censo mostró que la construcción de viviendas nuevas cayó un 22,3%. Un 1,2 millones de inmuebles comenzaron a construirse el mes pasado en comparación con los 1,6 millones de febrero.
Este sector sigue activo desde el 28 de marzo porque es considerado esencial en Estados Unidos.
Los cierres de fábricas también golpearon a la economía. La actividad manufacturera en la región de Filadelfia (noreste), un parámetro clave del sector industrial, cayó en marzo a su nivel más bajo en 40 años, según la Fed.
La encuesta, que abarca partes de Pensilvania y Nueva Jersey y la totalidad de Delaware, mostró un derrumbe de 56,6%, su nivel más bajo desde julio de 1980, mientras que el índice de seguimiento de nuevos pedidos cayó a 70,9%, su cifra más baja en la historia.