Todos los diputados al Congreso de la República tendrán hoy ante sí un documento de 11 páginas para conocer al detalle los argumentos de la comisión pesquisidora que ayer ha recomendado en votación unánime que la magistrada Blanca Stalling pierda su inmunidad y sea sometida a un tribubal penal para conocer la denuncia en su contra por tráfico de influencias.
La pesquisidora escuchó a la parte acusador (MP y CICIG), escuchó los audios aportados por juez Carlos Ruano –prueba principal–, así como testimonios de empleados de la Corte confirmando las reuniones entre la magistrada y el juez, y las pruebas de descargo de la propia Stalling, que poco aportaron para evitar la recomendación en su contra.
El procedimiento, a partir de este momento, es que el pleno debe discutir si retira o no la inmunidad. Si el tema no aparece en la orden del día, cualquier diputado puede pedir que se modifique y someter el cambio a votación.
Si se alcanza el voto calificado (dos terceras partes) en contra de ella, automáticamente pierde la inmunidad y puede ser sometida un procedimiento penal. En esta etapa cabría esperar que renuncie a su cargo como magistrada del Organismo Juidicial. Si no lo hace, en todo caso, al quedar vinculada por orden de juez, sería apartada oficialmente de la Corte.
A pesar del pedido popular y de varios de sus colegas de la Corte, Stalling se ha negado a renunciar, una actitud que al menos daría muestra de respeto por la institución.
Lo que se ignora por el momento es la actitud que ella asumirá, sobre todo, tomando en cuenta que es una de los 13 magistrados convocados para asistir mañana a la elección de Presidente del OJ.