“Solteros parásitos”, ¿por qué los jóvenes japoneses no se casan?

Decenas de jóvenes bien vestidos se mueven de manera extraña en torno a las mesas de la sala de conferencias, intercambiando algunas palabras y el currículo, en un intento de encontrar pareja, muchos acompañados por sus padres.

Una mujer de 38 años que prefiere no revelar su identidad, dice que «no tenía el valor» de encontrar esposo y se fue de la casa de su madre, quien ha venido con ella a esta feria para encontrar pareja.

«No tuve muchas ocasiones de encontrar a alguien», explica. «En mi trabajo hay muchas mujeres pero pocos hombres».

Cerca del 25% de los japoneses de entre 20 y 49 años están solteros, según datos oficiales.

Pese a que la gente de esta edad suele manifestar su deseo de casarse, los comportamientos sociales anticuados y la creciente presión económica lo hacen cada vez más difícil, dicen los expertos.

El profesor de Sociología Masahiro Yamada, de la Universidad Chuo de Tokio, dice a la AFP que lo normal es que los solteros vivan con sus padres hasta que se casan por lo que tienen menos presión para encontrar pareja.

«Piensan que tener una relación con alguien que no cumple sus requisitos es una pérdida de tiempo» y pueden esperar hasta encontrar algo mejor. A esta gente la califica de «solteros parásitos».

Aunque se considera importante la seguridad financiera de largo plazo, la dificultad para encontrar viviendas a precios razonables no hace más que aumentar el incentivo para seguir viviendo con mamá y papá, dice.

Un hombre de 74 años que ha venido a este encuentro para buscarle novia a su hijo de 46 años, apunta otro problema: la creciente timidez.

«Mi hijo es un vendedor. Es bueno con los clientes pero es muy tímido cuando se trata de mujeres», dice su padre.

¿Por qué su hijo no busca solo? Porque está muy ocupado en el trabajo.

Adictos al trabajo

El mismo padre dice que su hija mayor está casada pero la más joven, una doctora que vive en Estados Unidos, sigue soltera a los 34 años.

Reconoce que está preocupado por ella, «ya que he oído que es difícil para mujeres doctoras encontrar pareja».

Shigeki Matsuda, un profesor de Sociología de la Universidad de Chukyo, en el centro de Japón, culpa la caída de matrimonios en el país a un fenómeno conocido como «hipergamia».

«Las japonesas tienden a buscar hombres con un empleo estable y niveles educativos» más altos que los de ellas, explica.

Lo que parece confirmar esta feria. Se ha formado una pequeña fila de mujeres para intercambiar información con un hombre con los ingresos más altos del grupo.

«El gran número de solteros no cambiará hasta que las mujeres acepten la idea de casarse con un hombre con ingresos más bajos que ellas», dice Yamada.

Hasta ahora muchas personas encontraban a sus futuros cónyuges en en el trabajo pero la precariedad laboral creciente no ayuda.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón reconstruyó su economía básicamente gracias a que las grandes corporaciones ofrecían trabajo de por vida a unos empleados ultradedicados pero el modelo está cambiando rápidamente y la seguridad laboral se deteriora.

Desde principios de 1990, la relación de trabajadores con contratos temporales ha pasado del 15% al 40%, según estadísticas del ministerio de Trabajo.

Foco en el amor

«La caída de los ingresos y el aumento de trabajos altamente inestables –con el miedo a ser despedidos en cualquier momento– no ayudan a la gente a pensar en casarse y formar una familia», dice Shuchiro Sekine, director de un sindicato que representa a los trabajadores temporales.

Aunque estos trabajadores piensen en encontrar una pareja, la inseguridad laboral creciente y los salarios más bajos reducen las opciones de conseguirlo.

Seis de cada 10 hombres de entre 30 y 34 años con un trabajo bien pagado estaban casados en 2017, según un estudio del gobierno publicado este año, mientras que solo el 22% de los hombres con trabajos temporales de la misma edad tenían esposa.

Los asistentes a esta fiesta para encontrar pareja son afortunados, dice Sekine a la AFP. «Los que tienen menores ingresos ni siquiera piensan en venir» a una cosa así.

Pese a las barreras, ¿ayudan este tipo de eventos? Shoji Wakisaka, director de la asociación que organiza el encuentro, dice que no hay datos definitivos, pero que ha habido algo de éxito, aunque limitado.

«De media, en torno al 2% de los participantes encuentra pareja».

La asesora de bodas en la feria, Noriko Miyagoshi, pide a los futuros tortolitos que se olviden del dinero y se centren en la flechas de Cupido.

«No deberías imponer demasiadas condiciones», dice a los participantes. «Espero que elijas a la persona con la que realmente sientes que te puedes llevar bien».

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