Sistema Penitenciario, cárceles sin controles

Con más de 20 mil internos, el sistema penitenciario posee una serie de carencias que limitan una adecuada rehabilitación para los reos, lo cual convierte a las cárceles en una escuela para criminales y en un infierno para los reclusos que cometen delitos menores; la falta de controles ha generado motines y muertes.


Debbie Ríos/ Crónica


La reciente revuelta donde fue asesinado Byron Lima Oliva, considerado el preso más poderoso del país, así como otros 12 reclusos, ha puesto en evidencia las falencias de un sistema penitenciario que carece de seguridad para controlar la corrupción a lo interno, mucho menos de equipo para evitar el ingreso de drogas y armas de fuego.

El problema no es que todo mundo pudiera tener una tele o un microondas en las cárceles, el problema es que dentro de la tele entra una pistola. El problema es que el Estado no tiene el control, opina al respecto Alejandro Giammattei, el político y exdirector de presidios.

Sin embargo, la corrupción en las cárceles viene desde hace décadas, lo cual ha provocado otros amotinamientos, fugas, enfrentamientos entre pandillas y constantes negocios turbios, en donde los que mandan no son las autoridades del sistema penitenciario, sino una jerarquía de reclusos considerados de gran peligrosidad.

 

Ingresan drogas y armas

Por ese motivo no es raro el constante ingreso de armas de fuego y de todo tipo de drogas a las distintas prisiones del país, en donde se sabe que cualquier preso, con dinero, puede comprar en el lugar cocaína, crack, mariguana o finos licores. Una de las dificultades sigue siendo que el sistema penitenciario no cuenta con equipo para detectar el ingreso de materiales prohibidos.

Al respecto, Corinne Dedik, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), dice que cuando se implementó el equipo detector de metales y de rayos X, no se operaron de la manera correcta y por la alta rotación de personal fueron quitados y guardados en una bodega.

Además, que estén puestos en los lugares no significa que se están operando de la manera correcta, porque cuando uno visita los centros carcelarios, es común ver el arco detector de metal, pero esta desenchufado y pasa cualquier persona, la maquina no está funcionando, añade Dedik.

En este contexto, los expertos coinciden en que el problema principal es la corrupción, porque para el ingreso de ilícitos es indispensable la colaboración de las autoridades, los agentes, que son la única medida de seguridad que existe. Sin embargo, se menciona que algunos de los custodios se prestan a esa corrupción.

Las cárceles en Guatemala

En el país hay 45 cárceles, 18 a cargo de la dirección general del Sistema Penitenciario y 27 a cargo de la Policía Nacional Civil; es decir que dentro de las sedes policiales también permanecen personas en prisión preventiva, y en ocasiones en cumplimiento de condena.

De acuerdo con la Ley del Régimen Penitenciario (Decreto 33-2006), los centros penales se dividen en centros de detención preventiva, que deberán contar con sectores de mínima seguridad, mediana seguridad y máxima seguridad; y de cumplimiento de condena, que deberá tener sectores para cumplimiento de arresto, con clasificación de reclusos y sectores de mínima y mediana seguridad. Sin embargo, en la práctica, nada de eso se cumple; la falta de controles y la corrupción campean en las cárceles.

La situación lamentable en los predios es que los reos con más dinero son los que mandan en el sistema.

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