Las aplicaciones móviles para enfrentar la pandemia COVID-19 se multiplican en Israel, donde hasta se desarrolló una que geolocaliza al usuario y le advierte si se ha cruzado con infectados por el nuevo coronavirus.
Más de 320,000 personas (9.2% de los empleados) trabajan en este país en empresas de alta tecnología, muchas emergentes, según las autoridades.
Cuando a fines de febrero aparecieron los primeros casos de contagio, los ingenieros y programadores del «Silicon Wadi», el equivalente local del «Silicon Valley», comenzaron a activarse para tratar de controlar la epidemia con tecnología.
Uno de los resultados más conocidos se denomina «Hamagen», aplicación móvil lanzada recientemente y que compara los trayectos de las personas infectadas con los de los usuarios de la aplicación.
El proyecto está patrocinado por el Ministerio de Salud de Israel, que proporciona datos en tiempo real sobre las personas contagiadas a los teléfonos de usuarios de la aplicación.
«La aplicación compara su geolocalización con la de los pacientes infectados. Cuando hay un encuentro entre los dos, se recibirá un enlace del Ministerio de Salud que indica el procedimiento a seguir», por ejemplo sobre la pruebas de detección, explicó la institución.
«Hamagen» permite también a los usuarios anticipar sus recorridos para evitar lugares muy expuestos al virus. Las autoridades israelíes registran hasta ahora más de 3,800 contagios, en una población de nueve millones de habitantes, en confinamiento desde el 25 de marzo.
En menos de una semana, la aplicación superó el millón de descargas. Las autoridades intentan vender el concepto a otros países, según la prensa local.
En las redes sociales, un equipo del Ministerio de Salud realiza un seguimiento con los usuarios, algunos de los cuales lo acusan de inmiscuirse en la vida privada o incluso de controlar a distancia a la población.
La aplicación nació a raíz de la controversia sobre el uso de medidas antiterroristas por parte de los servicios de inteligencia interior (el Shin Beth) para rastrear teléfonos móviles.
Con «Hamagen» la ecuación se da vuelta. La población no es seguida a distancia por las autoridades, sino que descarga «voluntariamente» una aplicación y los datos se almacenan «sólo en el aparato del usuario», dice en su blog Omri Segev Moyal, presidente de la start-up Profero, que evaluó el software por cuenta del Ministerio de Salud.
El «sonido» del coronavirus
El Ministerio de Defensa respalda las investigaciones de otra empresa emergente, Vocalis Health, que trata de desarrollar una aplicación que permita a los profesionales de la salud detectar, con solo el sonido de la voz, si una persona puede estar infectada.
«Trabajamos día y noche para desarrollar la aplicación», explicó a la AFP Tal Wendrow, cofundador de la empresa.
En primer lugar, la sociedad recoge, en colaboración con las autoridades sanitarias, las voces de personas infectadas en diferentes etapas y pide también en una plataforma en línea a personas que han contraído o no el coronavirus que «den su voz».
Con esas muestras sonoras, se buscará identificar, gracias a la inteligencia artificial, «la huella» vocal del virus para permitir al personal sanitario sonar la alarma al escuchar simplemente a una persona al teléfono y seguir a distancia el progreso de los síntomas, si está infectada.
Minimizar los contactos
En la era del nuevo coronavirus, el reto es «aplanar» la curva de progresión de los casos para limitar el número de personas que deban ser tratadas simultáneamente en los hospitales.
«La gran duda cómo tratar a los pacientes en casa», subrayó Wendrow.
«Es un virus contagioso, por lo que el objetivo es minimizar los contactos entre el equipo médico y los pacientes», señala el profesor Eyal Leshem, director del centro para la medicina del viaje en el hospital Sheba, cerca de Tel Aviv.
«Si una persona tiene un estado moderado y estable, no es necesario que esté en contacto con el personal médico», dijo.
Su unidad utiliza Datos, una aplicación móvil mide los signos vitales de los pacientes y los transmite al personal sanitario para minimizar los contactos.