Magalí Rey Rosa, ambientalista.
Preocupada por el grave deterioro del ambiente -una de cuyas expresiones más dramáticas es el cambio climático que discutieron 183 países recientemente en París, Francia-, la reconocida ambientalista advierte que de continuar las prácticas de consumo y depredación de los recursos naturales viviremos efectos alarmantes y el planeta llegará a un punto sin retorno.
Sergio Del Águila/
sdelaguila@cronica.com.gt
¿La sociedad entiende el problema del cambio ambiental?
La actividad humana ha descalabrado el equilibrio de lo logrado en siglos de cambios que se fueron ajustando poco a poco y que la velocidad con la que lo destruimos no está dando tiempo a la naturaleza para recomponerse.
¿Cuál es el origen del cambio climático?
Los modelos climáticos que se desarrollan en las computadoras más avanzadas no pueden meter tres o cuatro variables y el clima está hecho de un millón de relaciones. Sabemos muy poco, el temor que tengo es que la atención se fija en el cambio climático, pero eso es tan solo un aspecto; hay acidificación de los océanos, por ejemplo. El ser humano está en un momento difícil por el mal uso que ha hecho de su casa y que podría llevar al planeta a un punto de no retorno.
¿La temática de discusión en París realmente para qué le sirve a Gua-
temala?
Es una oportunidad para hablar del problema climático en el país, donde es un tema especialmente delicado. La población no tiene el conocimiento y el Gobierno no tiene el interés. Los científicos están alarmados; no obstante, vivimos en un mundo dominado absolutamente por el poder económico, y aunque así ha sido, ahora la concentración de la riqueza es muy grosera. La cantidad de poder que manejan pocos seres humanos que obviamente no tienen más visión de futuro que su propio y exageradísimo bienestar. En Guatemala se expresan también esas posiciones erróneas. El Grupo Rana, por ejemplo, refleja el pensamiento de la Marroquín (Universidad) al utilizar los argumentos de que el Sol tiene más relación de lo que se había pensado y vociferan: privaticemos las áreas protegidas, démosle viaje a todas las acciones contaminantes –y esgrimen–, el desastre climático es producido por ese astro y no por nosotros, sigamos en la fiesta.
¿Cuál es el impacto que tiene para nosotros la discusión de los temas de la cumbre que reúne a casi todos los países?
Creo que ya llegó la hora de que empecemos a resolver las cosas aquí y no estar extendiendo la mano. Somos un país rico, pero se comete el error de entregar nuestros mejores recursos por el 1 o el 2 por ciento. Y en esto no se incluye la pérdida. Cuando se hacen los cálculos y los elevan hasta la gran ganancia, al final no se sabe quién va a pagar la gran pérdida ambiental, o a componer los desastres en términos de agua y la contaminación que puedan dejarle a las comunidades el día que las compañías mineras se vayan. Aquí se hace un balance economicista falso porque nunca se han puesto para Guatemala los costos de aceptar, por ejemplo, los tipos de explotación minera que deja destruidas irreversiblemente las montañas, aguas y suelos contaminados, y a la gente, en condiciones, incluso psicológicas, de mucha desventaja.
¿Qué puede esperar el país al ir a esas negociaciones, pues sabemos que al menos 60 guatemaltecos participan?
Que nos consideren. Sin embargo, se creó un grupo de los 20 países más afectados y Guatemala ni está allí. Lamentablemente solo vamos a traer mecanismos perversos de compensación económica como esas Soluciones de Red. Allí no están las respuestas. Las soluciones están en que entendamos cuál es la verdadera problemática ambiental y tomemos las políticas para corregir los rumbos. Cómo es posible que un país con los recursos naturales que tiene Guatemala los esté desaprovechando en lugar de cuidarlos y usarlos de manera que lo usen con sostenibilidad las próximas generaciones.
¿Siente que no le damos la importancia que merece abordar y pensar en soluciones para enfrentar la alteración climática?
No veo más que discursos, creo que un mensaje para toda la población es el de que debemos entender que estamos solos, el Gobierno no nos va a ayudar. Las autoridades no pueden siquiera manejar retos sociales relativamente sencillos como la seguridad, transporte, salud y educación. Lo ecológico es un tema complejo para el ser humano en general, porque es la primera vez que se enfrenta con una realidad muy pesada.
¿Cómo se expresa esa realidad ecológica pesada en nuestro medio?
En el despilfarro y con la manera en que se tira todo; estamos volviendo al planeta un basurero de nuestra estupidez. Entonces, a una población que además está siendo empobrecida, porque los pobres en Guatemala hace 20 o 30 años tenían la bendición del clima, había abundancia, y la pobreza no era miseria porque aunque la gente tuviera poco, hacía y tenía sus cositas. Hoy día, en medio de la debacle climática, a la gente la llevan a un proceso de empobrecimiento pavoroso y en circunstancias de destrucción de nuestra casa; contaminamos el planeta y todos los días se rompe el equilibrio ecológico y se crece en números y en necesidades que no por fuerza lo son.
¿Quién va a ayudar a la gente para enfrentar el cambio climático?
Uno se pregunta en qué asiste el Gobierno a la población más necesitada que no sea usarla burdamente para conseguir votos. No hay consuelo, hay que ver al Gobierno que va tomar posesión. Jimmy Morales dijo claramente durante su campaña que va seguir con la política de explotación minera porque eso nos va traer recursos. ¿Quién va a encabezar el Ministerio de Ambiente? Por lo que se sabe entre los candidatos hay técnicos más en Minería que Ambiente, entonces en qué estamos. Pienso que el presidente Alejandro Maldonado debería de dejar a Andreas Lemus que, aunque no es el gran ministro, es un técnico que sabe. Para llegar a ese ministerio hay tener valor porque esa es la entidad que se tiene que oponer a muchos de los planes mal hechos y que atentan contra lo vital para la vida en el país.
Ahora que concluyó la reunión de París, ¿qué opinión le merecen los acuerdos?
Comparto la opinión de los expertos que se han pronunciado luego de que concluyera el 12 de diciembre la COP21 en París. Las negociaciones son un fracaso y refleja lo mal que se ha venido haciendo en los últimos 20 años. Han sido los poderoso los que han impedido la toma de medidas preventivas. Lamentablemente hoy que se ponen de acuerdo para corregir el problema ambiental perdimos más de la mitad de lo logrado. Lo que la gente no sabe es que esas decisiones no son vinculantes; al final, el cumplimiento es medio voluntario. Soy excéptica porque lo alcanzado no tiene la fuerza que debería tener, no obliga a nada y quita derechos a los pueblos indígenas. Desafortunadamente, el lobby petrolero se trajo al traste las posibilidades. Las conclusiones son una farsa, no tiene acciones, solo puras promesas.
¿Cómo afecta a los guatemaltecos los cambios en el clima?
Desafortunadamente, como otras tantas cosas, los embates del cambio climático a quienes afecta son a los más empobrecidos. La gente está llegando a niveles de miseria y por eso es a quienes más duro les va pegar, como por ejemplo ya se anuncia que en el occidente la temperatura podría bajar a 12 grados bajo cero en época fría. Tenemos que evitar el consumismo, los gastos superfluos, aprender a usar menos agua, electricidad y a protegernos de manera inteligente. Los ciudadanos somos los llamados, los únicos interesados, porque los gobernantes han estado dedicados a la defensa de sus intereses personales y de las corporaciones.
La ambientalista considera que las autoridades no le dan importancia al problema del cambio climático.