- El foco del acuerdo es el combate de las pandillas Barrio 18 y la MS-13 calificadas por EEUU y Guatemala como grupos terroristas transnacionales
El Gobierno de Guatemala y el de Estados Unidos concretaron un memorando de entendimiento orientado a fortalecer la cooperación bilateral en la lucha contra las pandillas transnacionales Barrio 18 y Mara Salvatrucha (MS-13), estructuras criminales consideradas entre las principales responsables de violencia, extorsión y homicidios en el Triángulo Norte de Centroamérica.
La firma del acuerdo se da en un contexto de nueva ley guatemalteca que declara a estas pandillas como organizaciones terroristas, alineándose con decisiones recientes de Washington de designarlas como “organizaciones terroristas extranjeras”.
El embajador de EE. UU. en Guatemala, Tobin Bradley, resaltó que la cooperación es importante cuando se cuenta con los mejores expertos e ideas e insistió en el peligroso papel que juegan estsas dos organizaciones consideradas «terroristas».
La Mara Barrio 18 y la MS-13, originadas como pandillas callejeras en Los Ángeles y luego expandidas por deportaciones masivas a Centroamérica, han evolucionado en grupos criminales con estructuras complejas que operan en múltiples países, incluida Guatemala.
La designación terrorista adoptada por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump permite ampliar herramientas legales para perseguir a sus líderes y cortar sus fuentes de financiamiento, mientras que Guatemala ha aprobado legislación interna para castigar con mayor severidad delitos relacionados con estas bandas.
El memorando abarca intercambio de inteligencia, cooperación judicial y operativa, y apoyo técnico y logístico para desarticular redes de extorsión, secuestro y narcotráfico vinculadas a las pandillas. Además, incluye mecanismos para mejorar las investigaciones financieras que buscan identificar y congelar activos ilícitos asociados con estos grupos.

¿Quiénes son la Mara Salvatrucha y el Barrio 18?
MARA SALVATRUCHA (MS-13)
La MS-13 surgió en Los Ángeles en la década de 1980 entre migrantes salvadoreños que huían de la guerra civil. Con el tiempo, y debido a las deportaciones masivas hacia Centroamérica, la pandilla se expandió a El Salvador, Honduras y Guatemala, donde se transformó en una estructura criminal altamente organizada. En Guatemala opera a través de clicas territoriales que se dedican principalmente a extorsión, sicariato, narcotráfico local, secuestro y control de rutas urbanas. Su presencia es fuerte en zonas metropolitanas y corredores de transporte. Estados Unidos la ha catalogado como organización terrorista, lo que habilita mayores herramientas de persecución internacional.
La MS-13 mantiene una estructura piramidal pero flexible, con líderes que coordinan operaciones desde cárceles o desde el exterior. Ha sido protagonista de algunos de los episodios más violentos en la región, combinando tácticas de intimidación extrema con control comunitario y redes de financiamiento ilícito. En Guatemala, investigaciones han demostrado vínculos con redes locales de tráfico de armas y lavado de dinero, así como alianzas puntuales con otros grupos criminales. Su capacidad para regenerarse y expandirse hace que sea considerada una de las pandillas más peligrosas del continente.
BARRIO 18
El Barrio 18, originalmente conocido como “18th Street Gang”, también nació en Los Ángeles y se expandió a Centroamérica tras las deportaciones en los años noventa. A diferencia de la MS-13, el Barrio 18 se caracteriza por una estructura más fragmentada, dividida en dos grandes facciones —los Revolucionarios y los Sureños— que han protagonizado disputas internas extremadamente violentas. En Guatemala la pandilla opera principalmente en extorsiones al transporte, cobro de “derecho de vida” en comercios, asesinatos por encargo y dominio territorial. Su presencia en cárceles ha permitido coordinar ataques y gestionar redes de extorsión a gran escala.
El Barrio 18 se distingue por su capacidad para infiltrar estructuras urbanas, controlar barrios enteros mediante amenazas y ejercer violencia directa sobre quienes no cumplen sus reglas. Al igual que la MS-13, la pandilla ha desarrollado redes de financiamiento diversificadas y mantiene conexiones con intermediarios del narcotráfico. Guatemala y Estados Unidos han incrementado su presión sobre esta estructura, considerándola una amenaza de seguridad nacional debido a sus ataques armados, extorsiones sistemáticas y capacidad de reclutamiento juvenil.
Con la firma del memorando, ambas naciones se preparan para desplegar equipos conjuntos de trabajo que incluirán a agencias como la DEA y el FBI, así como las fuerzas de seguridad guatemaltecas, para implementar operativos coordinados.
Guatemala también avanza en la construcción de una nueva prisión de máxima seguridad con apoyo estadounidense para aislar a líderes pandilleros de alto perfil. Las autoridades han advertido que habrá mayor presión judicial y mayor vigilancia de flujos de dinero asociados a estas organizaciones, mientras se intensifica la campaña regional para desarticular sus redes de financiamiento y logística.
