Nuevas tensiones empiezan a crecer entre dos potencias mundiales. A una semana de haber lanzado un acuerdo para no atacar el territorio sirio, ahora Rusia y Estados Unidos se encuentran en un impase para detener una guerra que ha dejado más de 300 mil muerto en los últimos años.
Las dos potencias, que en el siglo pasado fueron enemigas, intentaron llegar a un acuerdo el pasado 10 de septiembre. La palabra de ambos acordaba que no atacarían Siria desde el pasado 12 de septiembre hasta este lunes. Si ambas naciones lograban mantener el alto al fuego en la zona conflictiva, podrían afianzar su coalición para atacar las bases del Estado Islámico y que con el régimen de Bachar El Asad podrían negociar para iniciar un proceso de paz.
Todo pintaba para un histórico acuerdo que meses antes había fracasado, sin embargo, este fin de semana el ala diplomática de ambos países vieron frustrada la oportunidad ya que Estados Unidos bombardeó las bases del Ejército de Siria, lo cual Rusia calificó como un intento por defender al llamado Estado Islámico. En su defensa los norteamericanos justificaron que se trataba de un error, pero el haber fallado a la tregua complica el panorama de negociación entre las potencias.
Los recientes desacuerdos entre ambas naciones agravan aún más las tensiones entre ambos, sobre todo en plena campaña electoral estadounidense, en la cual desde el partido demócrata señalaron que Rusia habría estado detrás de las filtraciones que han afectado a la imagen de la candidata Hillary Clinton.